SIBO: síntomas y consecuencias de una condición gastrointestinal común

Estos microorganismos suelen ser abundantes en el colon o intestino grueso.

El intestino delgado es la sección más larga del tubo digestivo, mide aproximadamente 6 metros (Foto: los primeros)

El SIBO (sobrecrecimiento bacteriano en el intestino delgado) ocurre cuando hay una cantidad excesiva de bacterias en el intestino delgado, que normalmente no alberga esa cantidad de microorganismos. Estos microorganismos suelen ser abundantes en el colon o intestino grueso.

Esta enfermedad se caracteriza por un desequilibrio en la colonización microbiana en el intestino delgado en comparación con el colon. Aunque el intestino delgado normalmente tiene relativamente pocas bacterias debido a la rápida circulación del contenido y la presencia de bilis, en el SIBO los alimentos estancados se convierten en un terreno fértil para las bacterias. Este exceso de bacterias puede producir toxinas e interferir en la absorción de nutrientes, lo que puede provocar diarrea debido a los productos de descomposición resultantes.

Los síntomas más comunes asociados con el SIBO, incluyen la pérdida de apetito, dolor abdominal, náuseas, hinchazón, sensación de saciedad después de comer, diarrea o pérdida de peso involuntaria. 

Por otro lado, el tratamiento del SIBO puede ser mediante antibióticos recetados por un médico o con una dieta baja en FODMAP, que consiste en evitar ciertos hidratos de carbono como fructosa, lactosa, gluten y algunos edulcorantes. Esta dieta suele durar de dos a ocho semanas, según la gravedad del problema. Si el SIBO se mantiene en el tiempo, las complicaciones pueden incluir pérdida de peso, complicaciones gastrointestinales y malabsorción de nutrientes.

Finalmente, las posibles consecuencias del SIBO son por la deficiencia de vitaminas, entre ellas las vitaminas liposolubles A, D, E y K, lo que puede generar problemas en la salud. Además, las bacterias del intestino delgado sintetizan y utilizan la vitamina B-12, la cual es esencial para el funcionamiento normal del sistema nervioso y la producción de células sanguíneas y ADN. 

Por lo tanto, se recomienda consultar con un gastroenterólogo si se presentan algunos de los síntomas del SIBO.