La soberanía de la institucionalidad de la justicia no se mancha…señoritos caviares

Por: Alejandro Marco Aurelio Capcha Hidalgo
Periodista: Reg.N°-4654-


Los instrumentos de control político creado a su medida por gentuzas lumpen de alguna casta política para beneficiarse por la complacencia de determinados, convenidos crematísticos e ideologizados fiscales y jueces que, vienen aplicando estas argucias hace una década y un lustro en nuestro escenario político; les están dando excelentes resultados para la estirpe de los señoritos caviares. Como se sabe la justicia es un principio primordial en una sociedad, así los exteriorizaron los grandes antiguos filósofos griegos como Platón, en su obra La República, y Aristóteles, en su Ética y política a Nicómaco. Naturalmente en la praxis puede ser difícil obtener un resultado al cien por ciento. La -Justicia-, que es un valor que, inclina a obrar y juzgar, teniendo por guía la verdad y dando a cada uno lo que le pertenece; pero lamentablemente en vuestro País este intenso, grave problema se va empeorando y poniendo dificultades ajenas a la justicia y que afectan la estabilidad e intereses nacionales.

Refrescando la memoria a mis compatriotas, uno de los principales problemas es la transformación de algunas instituciones que la hicieron adrede la casta caviar como instrumentos de control político como lo que hizo Martín Vizcarra Cornejo, con el Consejo Nacional de la Magistratura, órgano constitucional que, lo eliminó para crear a la Junta Nacional de Justicia JNJ, como un nuevo órgano sacrosanto, impoluto, con la finalidad de utilizarlo a sus intereses, y que a partir de su fundación en el año 2018, ya pululan sistemáticamente en actos de corrupción, asimismo hay que resaltar también la División de investigación de delitos de Alta Complejidad, DIVIAC, ahora convertida en una siniestra policía política, como sucedió en la desaparecida URSS, quien ahora reprime a las autoridades y políticos que no se alinean con su statu quo, o estados de las cosas en un momento determinado.

La ascendencia influyente de la política en el ámbito judicial hace tiempo que está perjudicando a la sociedad y el Estado, ello es preocupante, porque Vizcarra con sus conspiraciones en su gobierno disolvió el CNM, y estableció la JNJ. Cuando las ideologías políticas se entrelazan con las decisiones judiciales, se abre la puerta a una serie de problemas que socavan los principios fundamentales de justicia e imparcialidad.

En primer lugar, como estamos viendo, la politización del sistema judicial da lugar a la corrupción. Los jueces y funcionarios judiciales pueden ser tentados a tomar decisiones que favorezcan a ciertos intereses políticos o económicos a cambio de beneficios personales o profesionales. Esto mina la integridad del sistema judicial y erosiona la confianza pública en su capacidad para administrar justicia de manera imparcial.

La politización, además, puede conducir a una falta de imparcialidad en los procesos legales. Los casos pueden ser juzgados no en función de la evidencia y la ley, sino según las afinidades políticas de los involucrados. Esto pone en peligro los derechos individuales y la igualdad ante la ley, porque las personas pueden ser juzgadas de manera injusta o discriminatoria debido a su afiliación política o a sus creencias, como está sucediendo hoy en nuestro país.