Después de su salida, la Segunda Fiscalía Suprema Penal Permanente, que estaba a cargo de la inhabilitada fiscal suprema titular Zoraida Ávalos Rivera, ha sido desarticulada, lo que ha tenido un impacto en el curso de los procesos a su cargo.
Los recursos de nulidad que llegan a la Corte Suprema de Justicia desde diversas cortes judiciales del país son atendidos por este despacho fiscal, quienes deben emitir dictámenes y participar en audiencias públicas.
Además, es responsable de delitos comunes a congresistas, ministros y otras altas autoridades públicas. El excongresista Freddy Ronald Díaz Monago está siendo juzgado por violación sexual en uno de estos casos.
Después de la salida de la doctora Ávalos, el fiscal de la Nación encargado, Pablo Sánchez Velarde, decidió que la fiscal suprema María Isabel del Rosario Sokolich Alva adjunta asumiera el despacho.
El fiscal adjunto supremo Ramiro González renunció y se ha incorporado a su fiscalía de origen, mientras que Ellyde Secilia Hinojosa Cuba está de vacaciones.
La Junta Nacional de Justicia destituyó al cuarto fiscal supremo adjunto, Sandro Castro Paredes, el viernes pasado, debido a sus conexiones con las actividades del exgobernador regional del Callao Dante “Kiko” Mandriotti.
Por lo tanto, en la actualidad, la única persona que atiende el despacho es la fiscal Sokolich Alva. Se esperaba que la fiscal de la Nación, Patricia Benavides, designara un fiscal supremo provisional para supervisar este despacho.
Sin embargo, debido a que la inhabilitación para ejercer la carga pública no es una destitución y solo impide ejercer la carga pública, el puesto destacado sin ocupación durante los próximos tres años.
En cualquier caso, debería haber sido fortalecido con la incorporación de nuevos fiscales supremos adjuntos para que pueda manejar los procesos a su carga sin dificultades. Sin embargo, esto no ha ocurrido hasta ahora.
