Retirar dióxido de carbono del mar

Un equipo de científicos del MIT en EE.UU ha diseñado una estrategia alternativa para combatir el cambio climático global mediante la extracción del dióxido de carbono (CO2) de los mares.

El mar absorbe entre el 30% y 40% de todo el CO2 producido en las actividades humanas. (Foto: El Ágora)

Un equipo de científicos del Instituto Tecnológico de Investigadores de Massachusetts (MIT) en Estados Unidos ha diseñado una estrategia alternativa para combatir el cambio climático global mediante la extracción del dióxido de carbono (CO2) de los mares.

El proceso consistiría en el uso de electrodos reactivos para liberar protones hacia células electroquímicas, las cuales impulsarían la liberación del dióxido disuelto en el agua. La investigación fue publicada en la revista académica Energy & Environmental Science.

El proceso, además, es cíclico, por lo que las funciones de estas células se invertirán cuando un grupo de electrodos se quede sin protones y el otro se regenere durante la alcalinización. Es decir, aquella eliminación del dióxido de carbono combinada con la reinyección de agua alcalina podría reducir la acidificación de los océanos provocada por la acumulación de dióxido en el mar. Estas acidificaciones deterioran los arrecifes de coral y organismos con concha.

Por otro lado, la reinyección de agua alcalina se llevaría a cabo en diferentes puntos de la costa o desde puntos alejados del litoral para evitar que la alcalinidad afecte los ecosistemas locales. Una vez extraído el CO2 del agua, se procederá a su eliminación por medio de procesos como la conversión química en etanol que puede utilizarse para combustible o enterrar el dióxido en formaciones geológicas profundas bajo el lecho marino.

Es importante señalar que el dióxido de carbono, principal gas de efecto invernadero, continúa acumulándose en la atmósfera terrestre, de modo que equipos de investigación de diferentes partes del mundo han buscado alternativas para suprimir este gas del aire. El mar absorbe entre el 30% y 40% de todo el CO2 producido en las actividades humanas, pero su capacidad es limitada y está provocando la acidificación de los océanos. Por ello, se espera que con esta nueva estrategia se logre plantear una disminución neta del dióxido en el mar.