Rebelan violencia que sufrió el suboficial de la turba en Puno

El agente José Soncco Quispe fue golpeado, maniatado y quemado vivo por una turba en Juliaca.

Los actores políticos elegidos en las urnas, en lugar de buscar una solución mediante el diálogo, se han dedicado a desconocer a la autoridad nacional.


La mañana del martes 10 de enero, se conoció el execrable crimen cometido contra el suboficial José Soncco Quispe durante la madrugada del 10 de enero en el barrio Tambopata de la ciudad de Juliaca.

Soncco tenía 29 años y era del Cusco. Junto a su compañero, durante la madrugada de ayer, se dirigía al centro de Juliaca y fue interceptado por una turba de más de 300 personas. El patrullero fue incendiado por la turba y el suboficial, golpeado, se quedó al lado del vehículo. El agente Ronal Villasante logró escapar y fue rescatado por sus colegas. Pero Soncco no corrió la misma suerte, las llamas acabaron con su cuerpo y lo dejaron calcinado sobre la calle. La turba huyó del lugar.

En las redes sociales se pueden aprecias que distintos usuarios preguntan por qué los policías no utilizaron sus armas si su vida corría peligro. El director general de la Policía, Raúl Alfaro, dijo ayer que “ellos evitaron hacer uso de sus armas de fuego y la turba los golpeó y les quitó las armas. Acabaron con su vida (Soncco) y lo quemaron vivo”.

El suboficial –que hoy es llorado por toda la familia policial– se desempeñaba en el Escuadrón de Rescate y era especialista en antimotines. Mientras tanto, Villasante, quien salvó de morir, fue trasladado la tarde de ayer a Lima porque su estado de salud es delicado.

El General de la Policía José Baella alertó que las turbas “quieren presionar al gobierno con estas acciones, pero el Ejecutivo no puede ser tibio, tiene que defender la democracia con acciones firmes. El problema está en que nadie quiere dialogar”.