Inglaterra, sería sede de una edición más de la Copa del Mundo en 1966. Lamentablemente, la noticia que llegó 4 meses antes de empezar el torneo, era sobre la ansiada copa que había sido hurtada, cuando se exponía en el Westminster Hall de Londres. Con la desaparición de la presea, se ponía en duda la realización el evento deportivo.
La tranquilidad volvería una semana después al país inglés, gracias al famoso perro Pickles que la encontraría envuelta con periódico en un parque ubicado al sur de la capital. Con el trofeo en manos, el torneo sería llevado acabó. Consagrando como campeón a los dueños de casa ante la poderosa Alemania.
Además, un periodista de la BBC contó que el británico, David Corte sería el protagonista de esta historia por la participación de su “can”. Señalando que la mejor fuerza policial del mundo había sido burlada. “Nos dijeron que se habían tomado las medidas de seguridad más estrictas. Pero fallaron”, expresaba hace 50 años.
J. I. R.