Prueban eficacia de nuevas vacunas utilizando miniórganos cultivados en laboratorio

Estas vacunas protegen contra bacterias que se recubren con un "disfraz" de polisacárido

Los ‘mini-órganos’ cultivados en laboratorio podrían reemplazar a los animales en futuros ensayos de vacunas (Foto: Mufid Majnun).

Investigadores de la Universidad Cornell y el Instituto Tecnológico de Georgia han desarrollado una nueva plataforma de pruebas para acelerar el cribado de vacunas y reducir el uso de animales en experimentos. La plataforma encapsula linfocitos B en organoides, o miniórganos, para probar vacunas conjugadas especializadas. Estas vacunas protegen contra bacterias que se recubren con un “disfraz” de polisacárido. Aunque todavía no se sabe exactamente cómo interactúan las vacunas conjugadas con los linfocitos B, la plataforma puede ayudar a agilizar los ensayos de vacunas y reducir los problemas éticos asociados con el uso de animales en experimentos.El avance es obra de un equipo integrado, por Tyler D. Moeller y Matthew DeLisa.

Las vacunas introducen un antígeno en el sistema inmunitario, que puede ser una parte o la totalidad de un virus o una bacteria, para que el organismo se prepare para futuras exposiciones. Sin embargo, ciertas bacterias tienen un “disfraz” de polisacárido, lo que requiere vacunas conjugadas especializadas. En estas vacunas, se une un trozo del polisacárido antigénico con una proteína portadora que el organismo puede reconocer. Aún no se sabe exactamente cómo interactúan estas vacunas con los linfocitos B para inducir una respuesta inmunitaria.

La forma tradicional de probar las vacunas implica inyectar en animales y esperar semanas o meses para conocer el resultado. Sin embargo, para acelerar el proceso y hacer frente a los problemas éticos, los científicos están explorando el uso de organoides, pequeños grupos de linfocitos que actúan como órganos en miniatura y crean un entorno simulado que refleja las condiciones in vivo. Los organoides pueden construirse a partir del bazo de un solo animal y aumentar enormemente el rendimiento de las pruebas, lo que podría ayudar a los investigadores a mantenerse al día con el gran número de compuestos que necesitan analizar.

Teniendo en cuenta todo esto, Moeller y sus colegas investigaron si el método de encapsular linfocitos B en organoides podría proporcionar resultados similares a los experimentos con animales, y si la plataforma podía utilizarse para examinar una gran cantidad de candidatos a vacunas basadas en glucoconjugados.

Una vacuna ya validada. (Foto: James Gathany / CDC)

De esta manera han desarrollado una nueva plataforma de pruebas para acelerar el cribado de vacunas y reducir la cantidad de animales necesarios en la investigación. Los investigadores aislaron linfocitos B de bazos de ratón, añadieron moléculas de señalización celular y componentes estructurales, y luego encapsularon todo en una matriz de hidrogel sintético para crear organoides. La plataforma de organoides se utilizó para probar vacunas conjugadas candidatas contra la bacteria responsable de la tularemia y los resultados indican que esta plataforma podría ayudar a reducir el tiempo que se necesita para desarrollar y evaluar nuevas vacunas conjugadas.