No hablar claro, cuesta caro: El Perú al despeñadero

Todavía hay esperanza

.

Ricardo Sánchez Serra

Cuando los demócratas y espabilados pensábamos que Keiko Fujimori había empatado o sobrepasado a su rival Pedro Castillo, la última encuesta de Datum nos cayó como un balde de agua fría.

¿Qué hizo Castillo para subir y Keiko para bajar? Perú Libre agredió a los periodistas, amenazó a la gente a que vote por ellos so pena de algún castigo e improvisó un equipo de Gobierno. Su gente -como comunista-terroristas que son- dijeron que querían llegar al poder para quedarse. Atacaron a la selección peruana de fútbol y dijeron que aplaudirían los goles colombianos en clara traición. El propio Castillo se comprometió a respetar la Proclama Ciudadana en la mañana y en la tarde se desdijo. Con estas barbaridades y otras cosas más increíblemente sumó puntos en la encuesta

Keiko, por su parte, presentó cosas sólidas en su plan de gobierno, como el aumento de la Pensión 65, Canon directo para la población, subsidio por muerte de un familiar por el virus chino, entre otras importantes propuestas, además de reconciliarse con su hermano, e inexplicablemente bajó décimas de puntos.

Cuadro de Perú 21

Los peruanos de bien nos habíamos tranquilizado porque Keiko se acercaba a Castillo-Cerrón en las encuestas y ya no se buscaba un plan “B” si ganaba el comunismo, nos confiábamos en la fe y en la sensatez del pueblo peruano. Pero ahora vuelve, tal vez, el desánimo y la destrucción de un futuro mejor para cada uno de nosotros, de nuestras familias y de nuestra Patria. El plan “B” vuelve a la cabeza, pero solo para los que tienen algo ahorrado y familia en el exterior. Además, las inversiones están paralizadas y muchos financistas están haciendo maletas, esperando el resultado de las elecciones.

Keiko se enfrenta, igualmente, a 20 años de ataques infundados, que generó un odio enfermizo que ciega la mente y que no entiende de razones. “El odio es la atmósfera del infierno”, afirmaba el escritor inglés Tupper. Y si gana Castillo será el infierno en la tierra peruana.

Es obvio que Keiko, que representa la democracia y la libertad, no puede sola. Todos los peruanos libres tenemos que apoyarla, convenciendo a los demás que es la esperanza de un futuro mejor.

Pero hay que hablar claro, hablar solo de democracia y libertad, con eso no se come, no se entiende, aunque en el trasfondo es el desarrollo de la sociedad.

Castillo representa un futuro de un Perú con hambre, con miseria. El comunismo no ha desarrollado a ningún país del mundo. Con Castillo los peruanos tendremos que buscar un futuro mejor en el extranjero. Con Castillo las Fuerzas Armadas y Policiales serán débiles, estarán arrodilladas ante el terrorismo y narcotráfico. Nada podrán hacer ante el desorden social, porque el caos estará permitido y los comunistas gobernarán con mano de hierro.

Esos religiosos sinvergüenzas –“su justicia no es mayor que la de los escribas y fariseos”-, que defienden y apoyan a Castillo, ni siquiera piensan en la Iglesia y su futuro; y mira a otro lado cuando en el plan de gobierno de Castillo está anular el Concordato con la Santa Sede. Son cretinos que piensan en su propio beneficio o tibios que piensan que no pasará nada. En la Biblia está que los tibios no entrarán al Reino de los Cielos. Asimismo, ellos mismos aprietan la soga que los ahorcará.

El hambre y la muerte causada por el virus chino Covid-19, además del desempleo y que las cifras de pobreza hayan aumentado, no se combaten con “muerte al comunismo y viva la libertad”.

Hay que hablar claro. Keiko tiene que machacar en la mente de la gente, que tiene solución para combatir el hambre y la muerte, con tales medidas, como plantas de oxígeno para todos los pueblos del país en más hospitales, todos los peruanos serán vacunados este año y tengo aseguradas las vacunas -porque no es solo un par de dosis por año- para sus cinco años de Gobierno, y así continuar con sus promesas de fomentar el empleo, en un lenguaje fácil. Keiko está cargando la pesada mochila de la falta del Estado en provincias, de los últimos 20 años, como si hubiera sido Gobierno o la continuidad…

El “Yo voto por Keiko” tiene que ser el arma de batalla. Si el Perú quiere futuro y si nosotros mismos -y nuestra familia- queremos futuro, están prohibidos los eufemismos. Nada de esas vergonzantes palabras “voto tapándome la nariz” o “no me queda otra”. Peor aún el cobarde “votaré en blanco o viciado”, lavándose las manos como Pilatos, cuando él fue responsable de la muerte de Jesús y tú serás responsable de la muerte del Perú.

No basta votar “por la democracia y la libertad” para referirse a Keiko y que muchos ni se enteran.

Los medios de comunicación tienen la gran responsabilidad de orientar y de salvarse ellos mismos, tomando una posición firme por la libertad y el futuro del país. Son muchos años de arrodillarse ante el poder de turno. No es hora ya de hablar en doble sentido o que por democráticos” -muchos por años no lo fueron- tienen que dar cabida a Castillo y su banda. Deben pensar en su futuro, en el de sus familias, en el Perú.

Todavía hay esperanza y no debemos aflojar, ni rendirnos.