Médicos extraen un feto del cerebro de una bebé: se trata de su gemelo no nacido

Un equipo de médicos extirpó un feto del cerebro de una bebé de un año, que provocaba en la menor un aumento en el tamaño de su cabeza, acumulación de líquido encefálico y retraso en el desarrollo de las habilidades motoras.

Esta anomalía conocida como 'fetus in fetu' o 'gemelo parásito' ocurre en aproximadamente 1 de cada 500.000 nacidos vivos. (Foto: Li et al. Neurology)

Un equipo de médicos extirpó un feto del cerebro de una bebé de un año, que provocaba en la menor un aumento en el tamaño de su cabeza, acumulación de líquido encefálico y retraso en el desarrollo de las habilidades motoras. Este caso fue revelado en la revista Neurology y según el informe médico, el feto correspondía a un gemelo malformado.

En el útero, ambos habían compartido la misma placenta, pero tenían sacos amnióticos separados. Debido a que los fetos provenían del mismo óvulo fertilizado, los dos bebés debieron ser idénticos, pero uno de los fetos fue absorbido por el otro. Esta anomalía se conoce como ‘fetus in fetu’ o ‘gemelo parásito’, que ocurre en aproximadamente 1 de cada 500.000 nacidos vivos.

El personal médico reportó que el feto se alojó en la cabeza del ‘huésped’, lo cual tuvo su origen en los inicios de la gestación, durante la etapa en que el óvulo fertilizado forma un grupo de células llamado blastocisto: “Se propone que el fetus in fetu intracraneal surgió de blastocistos no separados”, explicaron. En otras palabras, los grupos de células que estaban destinados a crecer en dos fetos separados permanecieron pegados.

“Las partes unidas se desarrollan en la parte anterior del cerebro del feto huésped y envuelven al otro embrión durante el plegamiento de la placa neural”, agregaron. Es importante señalar que la placa neural es una estructura que se forma en los principios del desarrollo del embrión y origina el sistema nervioso.

Los escáneres cerebrales de la cabeza del niño de 1 año muestran que el feto contenía una columna vertebral, un fémur y una tibia (dos huesos de la pierna). Además, tenía espina bífida, una afección en la que parte de la médula espinal queda expuesta, en lugar de estar cubierto por tejidos de la espalda.

Tras la cirugía, también se determinó que el engendro tenía “brotes en forma de extremidades superiores y dedos”. Por último, el documento no detalla sobre la condición de la menor después de la intervención quirúrgica.