Masacre en Uchuraccay: A 41 años de lo ocurrido en los Andes peruanos

La Federación de Periodistas realizó una emotiva romería en memoria de nuestros colegas caídos en Uchuraccay, al cumplirse 41 años de su partida.

Este 26 de enero del 2024, se rememora uno de los capítulos más horribles en la historia del terrorismo que se suscitó en el Perú, desde la década de los 80 hasta fines del año 2000, en el siglo XX. Se trata del asesinato de ocho periodistas, los cuales se dirigían hacia el poblado de Huaychao, comunidad que estaba cerca a Uchuraccay, en la provincia de Huanta, en la región Ayacucho.


El motivo: Se había difundido que un grupo de comuneros había acabado con la vida de senderistas pertenecientes a la facción de Sendero Luminoso. Es por este motivo, que los periodistas emprendieron un viaje hasta Ayacucho, con el objetivo de conocer de primera mano la verdad de los hechos, y dar fe de lo sucedido ante la ciudadanía; dada la efervescencia propia del contexto que atravesaba el país en esos años.

La ruta de los periodistas

El 26 de enero de 1983, ocho periodistas (Eduardo de la Piniella, Pedro Sánchez, Félix Gavilán, Jorge Luis Mendívil, Willy Reto, Jorge Sedano, Amador García y Octavio Infante) partieron de la ciudad de Huamanga hacia el centro poblado de Huaychao, en el distrito de Acos Vinchos.

Los periodistas que fueron confundidos como terroristas y posteriormente asesinados por Uchuraccaínos. Foto: idehpucp

La intención del grupo era investigar los informes sobre la violencia ocurrida en las semanas anteriores, atribuida a Sendero Luminoso. En su recorrido, se unió a ellos el guía Juan Argumedo, quien los llevó hasta las cercanías de Uchuraccay, siendo este el último punto antes de su destino trágico.

Los habitantes de Uchuraccay ya habían sufrido violencia tanto por parte del Partido Comunista del Perú – Sendero Luminoso (PCP-SL), como por el hostigamiento de las fuerzas estatales que buscaban organizar su autodefensa. En este contexto de muerte, el grupo de nueve personas fue confundido por una columna subversiva y fueron asesinados por varios comuneros.

Los cuerpos sin vida de los periodistas en el poblado de Uchuraccay. Foto: El Comercio.

La versión oficial sostiene que los pobladores de Uchuraccay, presas del miedo, consideraron a los periodistas y al guía que los acompañó hasta ese punto como miembros de Sendero Luminoso.

Uchuraccay después del incidente

Uchuraccay fue una de las comunidades más afectadas por Sendero Luminoso en la época del terrorismo en el Perú; la organización insurgente realizó varias incursiones que resultaron en la muerte de más de 135 personas, aproximadamente una tercera parte de la población local. En 1982, tras el asesinato de su líder Alejandro Huamán, los habitantes de Uchuraccay decidieron enfrentarse de manera decidida a Sendero Luminoso. A pesar de solicitar ayuda al Estado desde entonces, nunca recibieron asistencia.

Debido al temor de perder sus vidas, los sobrevivientes se vieron obligados a refugiarse en las colinas o a emigrar a diversas áreas de la región, es debido a ello que la comunidad quedó completamente abandonada.

En 1993, un grupo de personas que regresaron fundó un nuevo pueblo cerca de las ruinas del anterior. En esta ocasión, los habitantes sí recibieron apoyo del Estado.

El poblado de Uchuraccay al día de hoy, tras el incidente suscitado en 1983. Foto: La República

Finalmente, en el año 2014, lograron que Uchuraccay fuera reconocido como un distrito de la provincia de Huanta, en Ayacucho.

Conformación de la Comisión Mario Vargas Llosa

Con el objetivo de arrojar luz sobre los acontecimientos, el presidente Fernando Belaúnde designó una Comisión liderada por Mario Vargas Llosa, la cual determinó que los habitantes de Uchuraccay confundieron a los periodistas con miembros de Sendero Luminoso y optaron por matarlos.

En un juicio posterior, tres de ellos fueron condenados, siendo que uno de los culpables falleció en la cárcel a causa de la tuberculosis. Sin embargo, todavía persiste el debate en torno a lo ocurrido ese día.

Comisión de la Verdad y Reconciliación

Al respecto de este suceso, la Comisión de la Verdad y Reconciliación elaboró un informe en el cual analiza y examina detalle a detalle cada información vertida sobre el tema, y desarrolla además, entrevistas y estudios exhaustivos para poder desentrañar la verdad de los hechos en tan doloso suceso.

Comisión de la Verdad y Reconciliación, documento entregado en el año 2003. Foto: El Peruano

Algunas de las conclusiones de la CVR quedan expuestas a continuación:

“Que después de los sucesos del 26 de enero, el Comando Político-Militar restringió severamente el acceso del periodismo a las zonas rurales de Ayacucho, lo cual llevó a que muchas masacres cometidas en los años siguientes no fueran conocidas”.

“Que a pesar de las demandas de protección formuladas por los comuneros de Uchuraccay, el Estado no cauteló sus mínimos derechos, especialmente el derecho a la vida. Ello llevó a la muerte de más de un centenar de miembros de la comunidad en el año posterior a la masacre, mayoritariamente a manos del PCP-Sendero Luminoso”.

“Que con el asesinato de decenas de comuneros de Uchuraccay con perfidia y a traición, el Partido Comunista del Perú – Sendero Luminoso cometió crímenes de lesa humanidad, repudiables moralmente y punibles penalmente”.

“Que de acuerdo a testimonios recogidos por la Comisión de la Verdad y Reconciliación, el Estado no sólo dejó desguarnecidos a los comuneros a manos de la subversión, sino que, en varias ocasiones, las fuerzas del orden se convirtieron también en agentes perpetradores de masacres en coautoría con los entonces denominados Comités de Defensa Civil de comunidades vecinas, que
asesinaron a comuneros y saquearon los bienes comunales, hasta que la comunidad quedó totalmente despoblada”.

“Que el juicio realizado por el Poder Judicial, a raíz del asesinato de los periodistas, estuvo colmado de irregularidades desde que se inició, condenándose a quince años de prisión a los tres campesinos detenidos, a pesar de que nunca logró probarse que participaron de manera directa en la ejecución del crimen”.

“Que en dicho juicio volvieron a exhibirse la discriminación y los estereotipos con respecto a los campesinos indígenas, que atravesaron en mayor o menor medida al conjunto de actores implicados en estos trágicos sucesos”.