Los miembros de la Comisión de las Fuerzas Armadas de la Cámara de Representantes expresaron preocupación por el manejo secreto de la hospitalización del secretario de Defensa, Lloyd Austin. Tanto el presidente republicano Mike Rogers como el demócrata Adam Smith emitieron una declaración conjunta cuestionando la divulgación de su estado de salud. Solicitaron detalles sobre el procedimiento médico, el estado actual de Austin, la delegación de responsabilidades y la demora en informar al presidente y al Congreso.
La transparencia fue enfatizada como vital por los congresistas, incluida Elise Stefanik, quien llamó a la dimisión inmediata de Austin y una investigación del Congreso sobre la situación. Otros republicanos, como Jim Banks y Matt Gaetz, también exigieron su renuncia, argumentando una falta de liderazgo y transparencia en la Administración Biden. Los demócratas, representados por Gerry Connolly y Dick Durbin, se unieron a las críticas, destacando la gravedad de la situación para un alto funcionario del gabinete y la necesidad de respuestas.
La hospitalización de Austin se da en un momento de ataques a bases estadounidenses en Siria y mientras la Administración Biden formula planes ante una posible expansión del conflicto en Oriente Medio. Según el portavoz del Pentágono, Patrick Ryder, Austin sigue hospitalizado, aunque ahora en una zona menos crítica, presentando una mejoría en su pronóstico. Se esperan actualizaciones sobre su estado, pero no se ha fijado una fecha para su alta.
En resumen, la preocupación de la Comisión se centra en la falta de transparencia sobre la salud del secretario de Defensa, generando demandas de dimisión y llamados a una investigación por parte de congresistas tanto republicanos como demócratas, en un contexto marcado por tensiones en el Medio Oriente y la continuidad de ataques a bases estadounidenses en Siria.
