La Oficina de Investigaciones de Seguridad Nacional de EE. UU. anuncia su estrategia para combatir los opioides ilícitos 

WASHINGTON – La Oficina de Investigaciones de Seguridad Nacional (HSI, por sus siglas en inglés) del Departamento de Seguridad Nacional (DHS, por sus siglas en inglés) anunció la Estrategia para Combatir los Opioides Ilícitos, un enfoque impulsado por la información de inteligencia para desbaratar y desarticular las organizaciones delictivas transnacionales y mantener las sustancias peligrosas, como el fentanilo ilícito, fuera de las calles de los Estados Unidos. Para avanzar en la Agenda de Unidad, la estrategia del presidente Biden para vencer la epidemia de sobredosis, el DHS está trabajando con socios en todos los niveles del Gobierno para detener el flujo ilícito de fentanilo en el país, entre otras formas a través de varias campañas puestas en marcha este año. La estrategia anunciada hoy aprovecha la amplia experiencia de la HSI en la investigación de actividades delictivas transfronterizas y su capacidad única de acceso a datos aduaneros y financieros para evitar que lleguen a las fronteras de los EE. UU. envíos ilícitos de precursores químicos de drogas, de conformidad con la Estrategia Nacional de Control de Drogas del presidente Biden. La interrupción de la cadena de suministro de precursores obstaculiza aún más la síntesis de drogas como el fentanilo y las metanfetaminas.   

“Desde hace más de cinco años, el fentanilo causa innumerables pérdidas de vidas y una gran destrucción en nuestras comunidades”, dijo el secretario de Seguridad Nacional, Alejandro N. Mayorkas. “El Departamento de Seguridad Nacional, junto con sus socios federales, estatales y locales, está firmemente decidido a combatir este flagelo y proteger de él a las comunidades estadounidenses. La nueva Estrategia para Combatir los Opioides Ilícitos que anunciamos hoy, impulsada por la HSI, ayudará a alinear aún más nuestras operaciones de inteligencia y sobre el terreno, con objeto de mantener el fentanilo fuera de las calles y llevar a los despiadados cárteles y organizaciones criminales ante la justicia”. 

“Nuestra nación sigue enfrentándose a una epidemia sin precedentes de muertes por opioides sintéticos ilícitos: nuestros ciudadanos mueren cada año a un ritmo inimaginable”, dijo la directora ejecutiva adjunta de la HSI, Katrina W. Berger. “Esta es una estrategia audaz e innovadora para detener el flujo de estupefacientes peligrosos, y hace frente directamente a la emergencia de salud pública en la que se ha convertido esta crisis de opioides. Proporciona un marco para coordinar los esfuerzos dirigidos a aumentar las operaciones, incrementar las inspecciones selectivas y colaborar con nuestros socios. La HSI está decidida a aplicar todas las herramientas de su arsenal de investigación y, junto con sus socios, avanzar en esta lucha contra los opioides. Usaremos todas las herramientas y tomaremos todas las medidas que estén a nuestro alcance para salvar vidas”. 

La Estrategia está en total consonancia con la Estrategia Nacional de Control de Drogas del presidente Biden, y aprovecha la autoridad en materia de aduanas que ejerce la HSI en la frontera.  

Los elementos principales de la Estrategia para Combatir los Opioides Ilícitos se dividen en cuatro objetivos:  

  • reducir la oferta internacional de opioides ilícitos; 
  • atacar a los facilitadores del tráfico ilícito de opioides: las finanzas ilícitas, la ciberdelincuencia y el contrabando de armas; y 
  • realizar actividades de sensibilización con el sector privado. 

La estrategia incluye la ampliación del Programa de Unidades Transnacionales de Investigación Criminal, el cual es el mecanismo principal de la HSI para lograr resultados en materia de aplicación de la ley en el extranjero, entre ellos la prohibición de precursores químicos, el cierre de laboratorios clandestinos de fentanilo y el arresto de narcotraficantes. Las unidades transnacionales de investigación criminal (TCIU, por sus siglas en inglés) de la HSI están integradas por funcionarios del país anfitrión encargados de hacer cumplir la ley, entre ellos funcionarios de aduanas, funcionarios de inmigración y fiscales, a los cuales se somete a un estricto proceso de investigación de antecedentes. Las TCIU de la HSI facilitan el intercambio de información y las investigaciones bilaterales de delitos en el marco de la autoridad de la HSI en materia de investigación, entre ellos la producción y el tráfico ilícitos de opioides y delitos conexos: tráfico de armas, lavado de dinero y delitos cibernéticos. Las TCIU mejoran la capacidad del país anfitrión para investigar y procesar a las personas involucradas en actividades delictivas transnacionales dentro de su jurisdicción. A menudo, ello permite también desarticular organizaciones delictivas que llevan a cabo actividades ilegales en los Estados Unidos. 

La estrategia anunciada hoy es parte de los múltiples esfuerzos de la Administración para combatir los opioides ilícitos como el fentanilo. Bajo el liderazgo del secretario Mayorkas, el DHS lanzó varias campañas dirigidas a mejorar la coordinación y aumentar las operaciones y las fuerzas en todo el Departamento de Seguridad Nacional. Las operaciones Loto Azul y Cuatro Jinetes impidieron el paso de casi 10.000 libras de fentanilo en solo dos meses. La Operación Artemisa, de la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza está aprovechando la información de inteligencia y la investigación derivadas de la operación Loto Azul para atacar la cadena de suministro de fentanilo. Al mismo tiempo, la operación Onda Rodante, de la Patrulla Fronteriza de los Estados Unidos, está aumentando en gran medida las inspecciones de entrada en los puntos de control fronterizos del suroeste, y la HSI está ejecutando la operación Loto Azul 2.0, a fin de seguir incrementando considerablemente los recursos en los puertos de entrada y, a la vez, aumentar la coordinación de las operaciones con objeto de atacar la cadena de suministro de fentanilo.  

“Las autoridades de la HSI y el enfoque dinámico de la lucha contra el narcotráfico producen investigaciones muy fructíferas que desarticulan las organizaciones delictivas transnacionales responsables de esta crisis mundial de salud pública, las desmantelan y permiten llevarlas a juicio”, manifestó Patrick McElwain, director ejecutivo asociado adjunto de la HSI. “Si bien los esfuerzos de la HSI se llevan a cabo con un compromiso inquebrantable con la seguridad pública, reconocemos que queda mucho por hacer a todos los niveles: en el plano internacional, en nuestras fronteras y en nuestras comunidades. A través del redoblamiento de sus esfuerzos, de manera coherente con los descritos en los elementos de la Estrategia para Combatir los Opioides Ilícitos, la HSI seguirá dando enormes pasos hacia el desmantelamiento de las organizaciones que ponen drogas peligrosas en manos del pueblo estadounidense”.  

La HSI desempeña un papel fundamental en la interrupción del suministro de opioides ilícitos en todos los puntos de la cadena de suministro de drogas: a nivel internacional, donde las organizaciones delictivas transnacionales obtienen precursores químicos y fabrican drogas ilegales; en la frontera física y los puntos de entrada de nuestra nación, donde las células de contrabando intentan explotar los sistemas legítimos de comercio, viaje y transporte de los Estados Unidos; en las comunidades de todos los Estados Unidos, donde las organizaciones delictivas obtienen ganancias sustanciales de la venta de veneno a ciudadanos estadounidenses; y en el ciberespacio, donde actúan malhechores que venden opioides ilegales en mercados ilícitos.  

En el año fiscal 2022, la HSI se incautó de más de 1,8 millones de libras de estupefacientes y más de 5.000 millones de dólares en monedas y activos ilícitos, asestando un golpe importante a las operaciones de las organizaciones delictivas transnacionales y a los delincuentes que intentan beneficiarse de delitos. La HSI continúa apuntando a las cadenas de suministro responsables de los envíos del extranjero a los Estados Unidos de precursores químicos ilícitos utilizados para producir sustancias como el fentanilo y la metanfetamina, drogas que alimentan las muertes por sobredosis.