Estudiante de San Marcos cuenta cómo fue pasar dos semanas en cueva que simula Marte

El alumno fue seleccionado por la Fundación Acercándote al Universo (FAU) para integrar una misión latinoamericana privada en las instalaciones de Astroland.

El estudiante universitario de la UNMSM, Rivaldo Durán Aquino, relata sus experiencias de vivir, desde la Tierra, en las condiciones ambientales que tiene Marte durante dos semanas. El futuro ingeniero se refugió en Ares Station, una cueva de 1.2 kilómetros de largo y 50 metros de altura en Arredondo, Cantabria, junto con su equipo de misión.

La responsabilidad de Durán consistió en mantener la estación en funcionamiento, además de trabajar en una investigación individual sobre mecánica de fluidos durante su estancia en la Ares Station, que cuenta con un centro de control en el exterior que simula la base de operaciones de una misión espacial.

“Entramos y, desde el primer momento, se sintió realmente esa condición de estar fuera del planeta. Aparte de utilizar el traje, manejamos temas de cantidad de oxígeno, la limitada visión, el desplazamiento complicado, el limitado suministro de agua, el retraso de las comunicaciones, el aislamiento de cualquier tipo de medio de comunicación que no sea la central de comunicaciones. Hubo momentos en que tanto física como psicológicamente se nos llevó al límite”, dijo Rivaldo Durán Aquino.

Asimismo, debido a que era el único ingeniero, tuvo que realizar informes diarios de los sistemas que integran los laboratorios y cada área de la estación. De igual forma, trabajó en soluciones rápidas para resolver dificultades durante la misión.

Por otro lado, teniendo en cuenta el suministro de agua limitado a menos de 4 litros diarios por persona, desarrolló un aplicativo que permitía contabilizar el recurso a través de registros de consumo. En consecuencia, gracias a este software, se pudo gestionar adecuadamente el agua.

Investigación científica en la estación análoga

La estación Ares (Ares Station) está equipada con laboratorios de investigación, ropa técnica para las diferentes misiones, laboratorio de cultivos hidropónicos, sistemas autónomos de producción de energía y agua, impresoras 3D, un robot explorador, medidores, sensores y otros dispositivos necesarios para el desarrollo de investigaciones científicas.

En estas dos semanas de julio, Durán desarrolló una investigación orientada a la mecánica de fluidos, mientras que sus colegas trabajaron temas sobre sus especialidades: medicina aeroespacial y astrobiología.

“Estudié la dinámica de fluidos computacionales (CFD) en un hábitat análogo, es decir, entender cómo se comporta el aire”, dijo sobre su investigación, que empezó desde antes de que llegara al simulador subterráneo. Gracias a este estudio logró recopilar los datos necesarios para las simulaciones.