Mientras se realizaba una zanja de exploración de gas por parte de la empresa Cálidda, se hallaron 26 cerámicas y restos de 6 seres humanos en la plaza Manco Cápac, ubicada en el distrito de La Victoria.
“Por la experiencia que tenemos en este tipo de hallazgos, presumimos que debe haber varias capas superpuestas. Lo más probable es que haya más evidencia arqueológica algunos centímetros más abajo”, señaló Cecilia Camargo, arqueóloga y coordinadora del área de patrimonio cultural de Cálidda.
Se sabe que, en una primera inspección, se descubrieron 8 vasijas y dos entierros. Sin embargo, tras el avance de los trabajos, se encontraron —hasta el momento— 26 cerámicas y restos de seis seres humanos.
La experta señaló que este descubrimiento se da dentro del desarrollo cultural blanco sobre rojo, llamado así por el tipo de cerámica encontrada. En ese sentido, afirmó que no hay evidencia para catalogar científicamente lo hallado dentro de una cultura.
Las piezas encontradas, en especial las que están en la parte más alta, tienen más daños y se han compactado. La razón es el alto tránsito de la zona, donde pasan diariamente buses interprovinciales y abundantes carros.
En el hallazgo no se encontró tejido en los restos óseos. Esto debido al tipo del suelo, de piedras y arena, que perjudica cualquier material orgánico. Las vasijas sí se conservan en un aceptable nivel. Respecto a ellas señala que plantean una gran interrogante sobre la población de esa época. Camargo manifiesta que estas corresponden al primer siglo después de Cristo.
La especialista sostuvo que otra duda que plantea es que si hace dos mil años ya existían los canales con los que se amplió la frontera agrícola. Recordó que la mayoría de acequias de la capital son de origen prehispánico, pero se creía que era de una época posterior al de los entierros hallados en La Victoria. La arqueóloga mencionó que si no había canales, despierta la duda de cómo sobrevivieron en esta zona que se suponía era desierto. Indicó que dependerá de estudios posteriores.
C.B.J.P.A.
