“El Fondo Mundial ha salvado en los últimos 20 años, a 50 millones de vidas”

Por Joe Biden, presidente de EE. UU.

Se trata de salvar vidas —sin que haya ninguna ambigüedad— colaborando con los socios para que todas las comunidades sean fuertes y sanas; y al menos tengan una posibilidad de ser fuertes y sanas, y de que las personas, dondequiera que estén, puedan vivir en forma digna.

Es difícil conservar la dignidad cuando uno mira a sus hijos y ve que están enfermos o afectados por una enfermedad que no podemos controlar. Es difícil. Es muy perturbador. Y es algo que nos quita la dignidad.

Por eso, Estados Unidos se enorgullece de ser miembro fundador del Fondo Mundial.

Y en los últimos 20 años, a través de nuestro trabajo juntos, se estima que el Fondo Mundial ha salvado, como ya lo han escuchado antes, 50 millones de vidas y ha reducido drásticamente la tasa de mortalidad por VIH, tuberculosis y malaria en los países en los cuales trabaja. (Despeja la garganta). Disculpen.

Hoy hemos visto algunos compromisos históricos de seguir mejorando este logro increíble: casi 1.600 millones —si no me equivoco— de euros de Francia; 1.300 millones de Alemania; 1.000 millones de dólares de Japón; 1.200 millones de dólares de Canadá; 750 millones de euros de la Comisión Europea e incrementos notables por parte del sector privado, Catar, la República de Corea y de naciones que incluso son receptoras de subvenciones del Fondo Mundial, como Malaui y Níger, y que también han contribuido.

Y conforme lo expresé ante todos ustedes, Estados Unidos donará USD 1.000 millones por cada USD 2.000 millones que asigne el resto del mundo.

Eso implica que vamos a trabajar —(aplausos)— con nuestros socios en el Congreso para contribuir otros USD 6.000 millones al Fondo Mundial —(aplausos)— y con esto el compromiso global general asciende, al día de hoy, a USD 14.000 millones.

Mediante estos aportes inmensos hemos logrado, a través de nuestro compromiso recíproco y continuo, hacer realidad una de las mayores iniciativas de recaudación de fondos para la salud mundial en la historia de la salud del planeta. Y se espera que estos miles de millones multipliquen por 31 el retorno sobre la inversión.

Es decir, por cada dólar que se use para combatir estas enfermedades, esperamos obtener beneficios en términos de salud y retornos económicos de USD 31, lo cual también promueve nuestro avance en el cumplimiento del objetivo de la Agenda para el Desarrollo Sostenible.

Propongámonos seguir avanzando y hacer incluso más.

Es una inversión que salvará otros 20 millones de vidas y reducirá la mortalidad a causa de estas enfermedades en otro 64% en los próximos cuatro años.

Ayudará a los trabajadores sanitarios que están en la primera línea de respuesta y que, de paso sea dicho, merecen un agradecimiento muy sentido y especial, sobre todo por lo que hicieron cuando era mucho más peligroso de lo que es ahora. (Aplausos).

Contribuirá a mejorar las capacidades de vigilancia, a establecer cadenas de suministro más resilientes en el sector de salud y a acrecentar las innovaciones para llegar a quienes más lo necesitan. También contribuirá a prevenir la violencia de género y responder a este fenómeno, como así también a promover los derechos sexuales y reproductivos y los resultados de salud para personas en todo el mundo.

Como saben, al trabajar juntos, Estados Unidos también seguirá promoviendo su liderazgo a través de nuestras propias inversiones de salud en PEPFAR, la Iniciativa Presidencial sobre Malaria, y las acciones para combatir la TB.

Estas inversiones, el trabajo coordinado y el alcance más amplio que se dará a la labor del Fondo Mundial han contribuido a revertir la situación del VIH/SIDA y a desarrollar la primera vacuna mundial contra la malaria.

Aquí en Estados Unidos, donde casi 1,2 millones de personas viven con VIH, estamos implementando nuestra nueva Estrategia Nacional sobre VIH/SIDA para acelerar y fortalecer nuestra respuesta nacional a la epidemia de VIH. Estamos dando a la equidad un lugar central en nuestros esfuerzos.

Debemos cerciorarnos de que todas las personas —no importa quiénes sean, a quiénes amen ni de dónde procedan— puedan acceder la atención y el tratamiento que precisen. Así de simple. (Aplausos). Y, por cierto, que se las trate con la dignidad que merecen.

Todos deberían poder tener una vida saludable, productiva y satisfactoria. Esa es nuestra meta.

Entonces, quiero agradecerles por haber redoblado sus esfuerzos, sobre todo en un clima económico mundial muy complejo.

Y les pido que sigan así. Pongamos fin a esta lucha juntos. Ahora es momento de acelerar nuestros esfuerzos para reducir las desigualdades en salud y para superar los obstáculos al acceso, incluidos los obstáculos relacionados con los derechos humanos y de género; construir sistemas de atención de la salud más inclusivos para no dejar a nadie rezagado; y terminar con el SIDA, la tuberculosis y la malaria de una vez por todas.

Demostremos nuestra capacidad colectiva de afrontar los desafíos que son de máxima importancia para la vida de las personas y de conseguir avances. Es mucho lo que tenemos que hacer, y por eso sugiero que pongamos manos a la obra. Y gracias a todos por lo que están haciendo.

Declaraciones del presidente Biden durante la Séptima Conferencia de Reabastecimiento del Fondo Mundial