“El camino del infierno está empedrado de buenas intenciones”

Por: Alejandro Marco Aurelio Capcha Hidalgo

Periodista: Reg. N°. – 4654-

Hace décadas ha habido las mejores intenciones de innovar, o REFORMAR el sistema de Justicia. Propuestas formuladas a granel desde los partidos, y movimientos políticos con insinuaciones de cálculos en las legislaciones del Congreso, que concluyen o finalizan en un reiterativo anquilosamiento.

En el decenio de los 70, se podría decir que fue la mejor Reforma Judicial, que se constituyó con una viga rectora de honorables magistrados de sobresaliente capacidad intelectual que elaboraron un plan de reformas que en su oportunidad lo ejecutaron con jurisconsultos, letrados y docentes de las prestigiosas universidades del país.   

Se hizo sentir la concentración de la cultura judicial. La metodología de razonamiento judicial, la formación de una mística por el cumplimiento de la ley y el logro superior de la Justicia, paralelamente se reformaron las normas legales aplicables a la administración de Justicia, y los juicios que demoraban de 30 a 40 años y muchas veces se heredaban, empezaron a resolverse en 3 a 4 años.

Actualmente existe un escenario tétrico y frágil por la regresión e involución ingresando a los escaños judiciales donde poco importa que los juicios demoren 10, 15, 20, 25 o 30 años, y que luego de una larga tribulación de injusticia, la Corte Suprema ya no quiere reexaminar o revisarlos porque está atiborrados de expedientes, y ha promovido una ley para que los casos confirmados en segunda instancia, ahí no más queden, no importando si la comprobación es una crueldad de atropello a la ley; y una evidente tropelía.

La reforma judicial que el Perú necesita es de orden ético y deontológico, (Moral) la que no pueden hacer los políticos del Congreso, porque carecen de toda honorabilidad y groseramente se inclinan por los intereses de sus movimientos o partidos de sus “Líderes” procesados. Los magistrados que aplican la moral son escasos; son tan íntegros que piensan plantear medidas de cambio para el mejoramiento del servicio judicial en bien de vuestro país, con ellos se puede dirigir los cambios para poner coto a las disfunciones judiciales y reorganizar el sistema de Justicia con criterio extraordinario.

Si los especialistas jurisconsultos realizan una reforma a consciencia, la estructura, la tecnología, y los procesos; es tarea que puede llevar adelante como buen gestor, pero cabe subrayar, reformar la Justicia tiene que ver con la capacidad de gestar un impacto de cambio el pensamiento de los integrantes del sistema de administración de Justicia; ello muy probable es la gran reforma judicial que todos los peruanos anhelamos.