EE.UU. bajo riesgo de tener miles de ciudades fantasma en 2100

Los autores del estudio explican que las ciudades afectadas sufrirán una disminución de la población de entre el 12 y el 26 %.

Los expertos esperan que los resultados de su estudio sirvan para que se tomen medidas. (Foto: Mark Felix).

Investigadores de la Universidad de Illinois estimaron que más de 15 mil ciudades de EE.UU. se enfrentarán a una disminución demográfica en los próximos 70 años. Las localidades que más serán afectadas se localizan en el medio oeste y el noreste de dicho país.

El estudio, publicado en la revista Nature Cities, reportó las tendencias demográficas actuales en 24 mil centros urbanos estadounidenses, así como la proyección de tendencias futuras para alrededor de 32 mil.

En el primer caso, los investigadores señalaron que el 43% de las 24 mil están perdiendo habitantes, mientras que el 40% está experimentando un crecimiento poblacional: Nueva York, Chicago, Phoenix y Houston.

Un panorama desalentador

Por otra parte, se estima que los centros urbanos afectados sufrirán una disminución poblacional entre el 12 y el 26 %. En consecuencia, dichas ciudades tendrían interrupciones en los servicios básicos: transporte, agua potable, electricidad y acceso a internet.

Asimismo, en la investigación se observaron diferentes escenarios sobre cómo la demografía, la sociedad y la economía podrían cambiar en el año 2100, dependiendo en gran medida del calentamiento global. Sin embargo, no se determinaron los factores que pueden influir en las tendencias proyectadas.

La científica Uttara Sutradhar explicó que estas variables podrían influir en las tendencias que se identificaron, incluido el aumento del costo de las viviendas, el declive industrial, las bajas tasas de natalidad y los diversos impuestos estatales.

Por último, los expertos esperan que los resultados de su estudio sirvan para que se tomen medidas, enfatizando que se deben encontrar soluciones para las ciudades que verán caer su población a finales del siglo. “Deberíamos ver esto no como un problema sino como una oportunidad para repensar la forma en que hacemos las cosas”, sostuvo la investigadora Sybil Derrible.