Discurso del secretario de Estado, Antony Blinken, en la clausura de la Cumbre de las Ciudades de las Américas

Si nos remontamos al pasado mes de junio, los líderes de todo nuestro hemisferio se reunieron en Los Ángeles para celebrar la Novena Cumbre de las Américas. Acordamos compromisos ambiciosos sobre cuestiones que realmente importan en las vidas de todos nuestros ciudadanos: migración, cambio climático, gobernanza democrática; crecimiento económico sostenible e inclusivo.

Cada uno de ustedes, como dirigentes municipales, está en primera línea para afrontar estos retos mundiales. Están acogiendo e integrando a los inmigrantes en sus comunidades. Están planificando y respondiendo a los desastres naturales, cada vez más frecuentes debido a la crisis climática. Están abordando los problemas a los que se enfrentan sus residentes, desde problemas de aplicación de la ley, como el secuestro de datos hasta las crisis de salud pública, como la pandemia de COVID. Sus esfuerzos diarios nos ayudan a avanzar en los compromisos que contrajimos como países en Los Ángeles.

A fin de cuentas, es en las ciudades donde la democracia está más cerca de sus ciudadanos. Y cuando las ciudades responden a las necesidades de sus habitantes, demuestran la mayor fuerza de la democracia: su capacidad de superarse a sí mismas, de capacitar a los ciudadanos para que exijan responsabilidades a sus dirigentes, de ensayar soluciones diferentes y de permitir que las mejores ideas lleguen a lo más alto.

Celebramos la Cumbre de las Ciudades de las Américas porque nuestra capacidad colectiva para beneficiar a nuestros ciudadanos y abordar los problemas mundiales depende de todos ustedes. Así de simple y sencillo. Y esperamos seguir elevando sus voces en todas las dimensiones de nuestro trabajo en el hemisferio, incluida la Décima Cumbre de las Américas que organizará la República Dominicana. Y también es la razón por la que planificamos que esta sea la primera, pero no la última, de muchas Cumbres de Ciudades por venir. (Aplausos).

Ahora, lo que sabemos es esto y lo que he aprendido durante más de 30 años de hacer esto yendo por el mundo es esto: en algún lugar, en alguna parte del mundo, alguien ha encontrado la solución a un problema que mucha gente está tratando de resolver; pero si no compartimos esa información, si no compartimos ese conocimiento, entonces todos los demás solo tienen que seguir reinventando la rueda.

Así que nuestro éxito a la hora de abordar los numerosos problemas que estamos tratando de resolver ahora mismo depende de que todos ustedes compartan sus mejores ideas. Y por eso espero que las conexiones, y esa es la palabra que ha utilizado Mike, es la palabra que vuelve una y otra vez. Conexiones, interconectividad. Espero que las conexiones que han hecho aquí en Denver duren mucho tiempo y que las utilicen para seguir comprometiéndonos entre nosotros, para intercambiar ideas, para compartir soluciones.

Y como he dicho, nuestro éxito depende de que compartamos estas ideas. También depende de que los gobiernos nacionales aprendan de ustedes, incorporando las ideas y perspectivas de nuestras ciudades y comunidades a las políticas que elaboramos a nivel nacional.

Así que, para clausurar esta cumbre, he pensado compartir tres ámbitos en los que las ciudades están abriendo camino y en los que una mayor conexión entre las ciudades y los gobiernos nacionales puede marcar una profunda diferencia en las vidas de nuestros ciudadanos, empezando por el primer tema del que hablaré: la migración.

Ahora bien, si damos un paso atrás durante un minuto y pensamos en el momento en que nos encontramos a nivel mundial, hay más personas desplazadas de sus hogares en todo el mundo que en ningún otro momento de la historia registrada: más de 100 millones. En nuestro propio hemisferio, más de 20 millones de personas se están desplazando.

Ya en la Cumbre de las Américas, nos reunimos para tratar de abordar lo que constituye un reto migratorio sin precedentes en todo nuestro hemisferio, a través de lo que llamamos la Declaración de Los Ángeles sobre Migración y Protección, que reflejó el primer enfoque verdaderamente regional del problema. Veintiún países acordaron que tenemos la responsabilidad común de abordar juntos el reto de la migración, y acordaron un conjunto común de principios y prioridades, entre ellos ampliar la protección de los migrantes que se encuentran en situación de riesgo.

Así, bajo el liderazgo de la alcaldesa Claudia López, con quien he tenido el placer de trabajar en numerosas ocasiones y hoy está aquí con nosotros, Bogotá ha puesto en práctica este principio desde el año pasado.

La última vez que estuve en Colombia tuve la oportunidad de visitar uno de los centros pioneros de integración de inmigrantes de la ciudad, que ofrece básicamente una ventanilla única en la que las personas obtienen una tarjeta de estatus de protección temporal, se conectan con empleos, se conectan con escuelas, se inscriben en servicios básicos como la atención sanitaria.

Gracias a estos esfuerzos, Bogotá ha acogido en los últimos años a más refugiados que ninguna otra ciudad de América o, como la alcaldesa López le gusta llamarlos, “nuevos bogotanos”. Colombia en su totalidad ha dado refugio a más de 2.5 millones de venezolanos desplazados por la crisis de su país.

Y como el estatus de protección que les concede Colombia permite a los venezolanos trabajar, también están contribuyendo a la economía colombiana, ocupando puestos de trabajo, proporcionando servicios, creando nuevas empresas. Estos esfuerzos están impulsando el crecimiento. Están creando oportunidades tanto para los colombianos como para los venezolanos. Y están demostrando que realmente podemos gestionar la migración de forma segura y humana, y utilizarla como una oportunidad para fortalecer nuestras comunidades.

Los líderes municipales también están tomando medidas para abordar el segundo tema del que quiero hablar: la crisis climática.

En 2019, la cuenca del río Misisipi, que se extiende por 31 estados de los Estados Unidos, sufrió unas inundaciones históricas que causaron daños por valor de más de 6.000 millones de dólares. Tras ello, alcaldes de más de un centenar de ciudades y pueblos, encabezados por el alcalde de Memphis, Jim Strickland, y el alcalde de Greenville, Errick Simmons, quien está hoy aquí con nosotros, han estado ayudando a preparar a sus comunidades para futuras inundaciones con el fin de adelantarse al próximo problema, a la próxima crisis.

Trabajando juntos con organizaciones medioambientales locales y mundiales, los alcaldes y sus socios están restaurando 66.000 acres de humedales, bosques y marismas, y adaptando la tierra para regular el flujo de las aguas pluviales, centrándose en aumentar la resiliencia de las comunidades que históricamente han sido ignoradas.

Una vez completadas, estas tierras restauradas capturarán más de 165.000 toneladas de carbono del aire. Eso equivale a retirar de la circulación unos 36.000 automóviles al año. Y sus esfuerzos están haciendo que las ciudades y pueblos sean más resilientes frente a las inundaciones. La ciudad de St. Louis, que se encuentra en la cuenca, se vio afectada en 2022 por una lluvia de las que caen “una vez cada mil años”, los humedales absorbieron agua suficiente para llenar 750 piscinas olímpicas, lo que ahorró millones de dólares en posibles daños.

Ahora bien, a menudo las innovaciones a nivel municipal parten de la dedicación de los líderes de la sociedad civil, y ese es el caso del tercer y último tema del que quiero hablar hoy: la transparencia en nuestra gobernanza.

En Chihuahua, México, los miembros de una organización local anticorrupción sin fines de lucro, Karaywah, se unieron para abordar la falta de transparencia en su gobierno municipal. En 2019, cuando comenzó esta iniciativa, solamente alrededor del 60 por ciento de los contratos municipales se licitaban públicamente. Esto significaba que muchas empresas quedaban fuera del proceso de licitación, lo que reducía la competencia y aumentaba los costos para los contribuyentes.

Karaywah se asoció con otras ONG mexicanas, con el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo y con la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional para crear una plataforma digital que rastrea y publica los contratos municipales abiertos, que sigue el proceso de licitación y que permite a los ciudadanos monitorear en qué se gasta el dinero de sus impuestos.

Ahora el 100 por ciento de los contratos municipales de la ciudad de Chihuahua se publican en línea. La herramienta ha tenido tanto éxito que ahora se está extendiendo, sin costo alguno, a otros 15 ayuntamientos y estados de todo México, con lo que se reducen las posibilidades de corrupción y se aumenta la participación y la confianza de los ciudadanos en el gobierno, algo especialmente importante en los tiempos que vivimos actualmente.

En un problema tras otro, en una ciudad tras otra, los líderes locales están señalando el camino hacia soluciones eficaces. La cumbre de esta semana muestra muchas más oportunidades prometedoras para nuestros ciudadanos, incluida una que empieza aquí mismo, en Denver.

La ciudad de Denver y el Departamento de Estado firmaron un acuerdo para colaborar en la creación de sistemas de detección temprana que permitan seguir la evolución de las nuevas drogas sintéticas, como el fentanilo, de modo que podamos desarrollar intervenciones oportunas que salven vidas. Compartiremos nuestros hallazgos con socios de todo el hemisferio, de modo que podamos informar sobre los esfuerzos locales para contrarrestar esta amenaza para la salud pública y la seguridad.

Se trata de un poderoso ejemplo de cómo las soluciones y respuestas que encontramos a nivel local pueden tener una gran repercusión en los problemas nacionales e internacionales más acuciantes y urgentes a los que nos enfrentamos. En los Estados Unidos, el fentanilo es responsable de más muertes entre los estadounidenses de 18 a 49 años que cualquier otra causa. Piensen un segundo. La principal causa de muerte en nuestro país entre los estadounidenses de 18 a 49 años son los opioides sintéticos como el fentanilo.

El año pasado incautamos suficiente fentanilo como para matar a todos los estadounidenses. Esa es la magnitud del problema. Por definición, tiene que tener una solución internacional, en la que estamos trabajando muy duro en el Departamento de Estado bajo la dirección del presidente Biden, así como también en respuestas a nivel nacional y local. Tuve la oportunidad de ver parte del trabajo increíblemente importante que Denver está haciendo aquí mismo, y estoy agradecido por la colaboración que tenemos.

Docenas de ciudades de todo el hemisferio también se reunieron para firmar la Declaración de Denver, que refleja su compromiso común de abordar los retos a los que se enfrentan nuestras ciudades, incluidos la vivienda asequible, la migración y la crisis climática.

Y gracias al liderazgo del alcalde de Río de Janeiro, Eduardo Paes, más de 45 ciudades también han puesto en marcha la Red de Ciudades contra el Racismo, a través de la cual las ciudades compartirán las prácticas óptimas para promover la equidad y la inclusión en nuestras sociedades. La discriminación priva a las democracias, incluida la nuestra en los Estados Unidos, de la fuerza, la innovación y la creatividad de muchos de nuestros ciudadanos, que es exactamente lo que necesitamos para afrontar con mayor eficacia los retos de nuestro tiempo. Y por eso esfuerzos como este son realmente importantes para potenciar a toda nuestra población.

Para fortalecer la colaboración entre los alcaldes de los Estados Unidos y sus homólogos de todo el mundo, en el Departamento de Estado hemos creado recientemente una nueva oficina de diplomacia para las ciudades y los estados. De nuevo, la gente se preguntará: ¿Cómo es que tenemos una oficina en el Departamento de Estado para colaborar a nivel subnacional? Pues bien, esta cumbre de Denver demuestra exactamente por qué era importante que lo hiciéramos.

Desde octubre, la embajadora Nina Hachigian y su equipo han estado trabajando en el desarrollo de los lazos que estamos viendo fructificar aquí en Denver. La embajadora Hachigian ha ocupado altos cargos en la Casa Blanca, el Departamento de Estado y la ciudad de Los Ángeles, donde fue vicealcaldesa de Asuntos Internacionales. Nina y su equipo están aquí en Denver; si aún no han tenido la oportunidad de ponerse en contacto con ellos, espero que aprovechen el tiempo que les queda para hacerlo.

Los equipos de diplomacia para las ciudades y los estados son un componente clave, pero no el único, del compromiso sustantivo del Departamento de Estado con las ciudades de todo el hemisferio. Muchos de los presentes han trabajado estrechamente con nuestras embajadas en sus países, en sus ciudades, en una amplia variedad de asuntos, conectando las empresas de sus ciudades con el sector privado estadounidense. Creando asociaciones para reforzar nuestra seguridad energética común. Combatiendo el tráfico de seres humanos. Promoviendo la salud mundial. De muchas maneras, la conexión entre nuestro Departamento y sus ciudades está ayudando a obtener resultados reales.

Hoy mismo también he tenido la oportunidad, y espero que algunos de ustedes, si no todos, hayan tenido la oportunidad de hacerlo, de visitar la Plaza de la Innovación de la cumbre, donde muchas de nuestras empresas exponen las soluciones que han encontrado para los retos que ustedes intentan abordar, desde el acceso a los servicios públicos hasta el reciclaje y la sostenibilidad, así como el reto de la vivienda. Estas conexiones entre las ciudades y el sector privado son otra parte fundamental de este encuentro.

Además de todo este trabajo, estamos dedicando recursos adicionales a nuestro compromiso con las ciudades. Ayer pusimos en marcha “Cities Forward” (Ciudades Adelante), una iniciativa para ayudar a las ciudades a construir un futuro sostenible, inclusivo y resiliente. A través de este programa, que llevamos a cabo con nuestros socios para la implementación, ICLEI, Resilient Cities Catalyst y el Instituto de las Américas, empezaremos conectando 12 ciudades aquí en los Estados Unidos con 12 ciudades latinoamericanas y caribeñas para que puedan compartir directamente experiencias y lecciones sobre todo, desde cómo están encontrando nuevas formas de reducir la contaminación del aire y del agua hasta cómo están diseñando sus infraestructuras para resistir mejor los desastres naturales más intensos y frecuentes.

También apoyaremos a las ciudades participantes con financiación y asistencia técnica para desarrollar y aplicar planes de acción para la sostenibilidad que beneficien a todos sus habitantes, incluidos los de las comunidades desfavorecidas. Y aunque empezamos con 24 ciudades, tenemos previsto compartir nuestros resultados con ciudades de todo el hemisferio, de modo que lo que aprendamos de esta iniciativa podamos utilizarlo y ampliarlo. Estoy haciendo un poco de publicidad: la solicitud para Cities Forward ya está disponible. Consideren la posibilidad de presentar su solicitud.

Como todos ustedes bien saben, ya se está produciendo una enorme colaboración en comunidades de todo nuestro hemisferio. Por citar solo un ejemplo, observen el trabajo realizado aquí en Denver por las líderes comunitarias Kristin Lacy y Vivi Lemus, quienes también se encuentra hoy aquí con nosotros.

Cuando se conocieron, Kristin y Vivi se dieron cuenta de lo mucho que tenían en común. Vivi nació en Guatemala; Kristin había pasado años trabajando allí. Amaban dos cosas: el café y la cocina. Compartían el sueño de crear un espacio para crear comunidad entre hispanohablantes y anglohablantes. Así que comenzaron a ahorrar. Consiguieron financiación de prestamistas locales. Un colega emprendedor les habló de un local disponible y los dirigentes municipales intervinieron para ayudarles a conseguirlo.

El año pasado, Kristin y Vivi abrieron Convivio Café, la primera cafetería bilingüe de Denver propiedad de mujeres e inmigrantes. Se abastecen directamente de productores guatemaltecos. Esto permite a los agricultores ganar hasta cuatro veces más de lo que ganarían de otro modo, y utilizan las paredes de su cafetería como espacio para exponer obras de arte que muestran a los clientes la cultura guatemalteca.

Conexiones como estas están dando lugar a beneficios tangibles para la gente de nuestros países, a través de mayores exportaciones y empleos bien remunerados que respetan los derechos laborales, que proporcionan a los trabajadores una oportunidad justa de salir adelante, de mantener a sus familias y a sus comunidades. Estas asociaciones ya se están creando, no solamente entre nuestros ciudadanos y nuestras empresas, sino también entre los gobiernos locales y nacionales, los sindicatos, la sociedad civil y las organizaciones multilaterales.

Cada vez estamos más unidos a través de estas conexiones, y lo que es tan importante es que las estamos poniendo a trabajar, poniéndolas a trabajar para hacer frente a los retos de nuestro tiempo, los retos que tenemos que afrontar si queremos marcar una diferencia significativa en las vidas y los medios de subsistencia de nuestros conciudadanos.

El presidente Biden ha dicho en más de una ocasión que tenemos todo lo que necesitamos para ayudar a nuestra gente aquí mismo, en nuestro propio hemisferio, y el trabajo que están llevando a cabo ciudades de toda la región, que ustedes han compartido a lo largo de esta cumbre, muestra exactamente cómo lo estamos haciendo.