Cada 23 de abril se celebra el Día Internacional del Libro en varios países alrededor del mundo, como Perú, México, Argentina, España, entre otros. Aunque los primeros esfuerzos para promover la literatura a nivel mundial comenzaron en 1988 con la iniciativa de la Unesco, la fecha oficial del Día del Libro se estableció en 1995. A partir de entonces, en 1996, autores y lectores marcan esta fecha en sus calendarios como una ocasión para honrar las grandes obras literarias.
La Organización de las Naciones Unidas para la Cultura, las Ciencias y la Educación (UNESCO) estableció que anualmente se designaría una ciudad como la capital mundial del libro, con el fin de preservar la tradición. En esta oportunidad la cuidad invitada de honor ha sido Lisboa – Portugal. Esto impulsa a la adquisición de múltiples ejemplares, garantizando así su accesibilidad para todos los residentes en la ciudad elegida.
Como se recuerda la primera ciudad en ser nombrada capital mundial del libro fue Madrid en 2001, seguida por Alejandría en 2002. En América Latina, Bogotá fue seleccionada en 2007, Buenos Aires en 2011 y Guadalajara en 2022.
Se piensa que el 23 de abril de 1616 murieron tanto Miguel de Cervantes, William Shakespeare y el escritor e historiador peruano Inca Garcilaso de la Vega, es en esa conmemoración donde radica la razón de la elección del día, tanto en otros países como en Perú. Sin embargo, la fecha exacta de fallecimiento de los dos primeros autores no es definitiva, ya que se especula que la de Cervantes podría haber sido un día antes, es decir el 22 de abril.
Sin embargo, la primera conmemoración del Día Internacional del Libro tuvo lugar el 7 de octubre de 1926, gracias a la propuesta del escritor catalán Vicente Clavel Andrés para celebrar el nacimiento de Miguel de Cervantes. Clavel presentó la idea de instaurar un día oficial dedicado al libro ante la Cámara Oficial del Libro de Barcelona, la cual aprobó la iniciativa de marcar esta fecha en el calendario.
Posteriormente, surgieron interrogantes sobre la fecha de nacimiento de Cervantes, así como el deseo de celebrar al aire libre en un clima más templado. Por ello, en 1930, se decidió trasladar el Día del Libro al 23 de abril, coincidiendo con Sant Jordi, el patrón de Cataluña, Aragón e Inglaterra.
