Alrededor de 8.000 migrantes, 2.000 de ellos menores, ingresaron a Ceuta el lunes y martes, muchos de ellos ingresaron al territorio nadando alrededor de las vallas fronterizas en el mar que separan el territorio español de Marruecos, algunos migrantes utilizaron inflables y botes. Al menos una persona murió durante el cruce.

La afluencia de migrantes llevó a que España desplegara a las fuerzas armadas, para asegurar la playa y aumentar la presencia policial en los territorios españoles con frontera terrestre a Marruecos. Un número menor de migrantes también intentó entrar en la ciudad española de Melilla. Según el gobierno español, cerca de la mitad de los 8.000 migrantes, en su mayoría marroquíes, han sido devueltos a Marruecos.

No obstante, las llegadas han provocado una disputa diplomática entre España y Marruecos, en particular tras los informes y las imágenes que parecían mostrar a las autoridades marroquíes, permitiendo el ingreso de los migrantes a Ceuta sin detenerlos.

Ceuta y Melilla han estado bajo el dominio español desde el siglo XVII, aunque Marruecos ha reclamado los territorios como propios desde su independencia en 1956. Algunos creen que la tensión actual entre España y Marruecos se debe a que España aceptara que Brahim Ghali (líder del Sáhara Occidental, que quiere la independencia de la administración marroquí para el Sáhara Occidental) sea ​​ingresado en un hospital en España para recibir tratamiento, lo que enfureció a Rabat.

La ministra de Relaciones Exteriores de España, Arancha González Laya, reconoció públicamente por primera vez el miércoles que España cree que Marruecos relajó sus controles fronterizos, en represalia por la decisión de Madrid de permitir que el líder del movimiento independentista del Sáhara Occidental sea ​​tratado por Covid-19 en España.

Marruecos anexó la región del Sahara Occidental de África en 1975. En diciembre, la administración estadounidense de Donald Trump, se convirtió en el primer país occidental en reconocer la soberanía marroquí sobre el Sahara Occidental, en un acuerdo destinado a normalizar las relaciones entre Israel y Marruecos.

La Unión Europea ha expresado su apoyo a España, aunque el último incidente, uno de los miles de intentos de inmigrantes por ingresar a territorio europeo en los últimos años, solo ha servido para enfatizar la fragilidad de las fronteras de la UE y su falta de una acción unificada sobre la migración.

También, es otra demostración de la continua desesperación de los migrantes, que intentan ingresar al bloque europeo en busca de oportunidades económicas, refugio a causa de conflictos, pobreza y los abusos contra los derechos humanos.

La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, tuiteó “Necesitamos soluciones europeas comunes para gestionar la migración. Podemos conseguirlo si alcanzamos un acuerdo sobre el nuevo Pacto sobre Migración. Relaciones más estrechas, basadas en la confianza y compromisos mutuos con socios como Marruecos, son cruciales en esta misión”.

La comisaria de Interior de la Unión Europea, Ylva Johansson, también tuiteó que “lo más importante ahora es que Marruecos siga apostando por evitar las salidas irregulares” y agregó que “las fronteras españolas son fronteras europeas. La Unión Europea quiere construir una relación con Marruecos basada en compromisos compartidos. La migración es un elemento clave en este sentido”.

El primer ministro español, Pedro Sánchez, se reunió con otros funcionarios del gobierno español el martes, en el que discutieron lo que el gobierno describió como una “grave crisis para España, y también para Europa”. Allí, la vicepresidenta del Gobierno de España, Carmen Calvo, dijo que “lo que ha ocurrido es un ataque a nuestras fronteras, y eso no puede ser parte de las buenas relaciones con Marruecos, pero las seguiremos manteniendo porque somos países vecinos y cercanos”.

España dijo que su prioridad “garantizar el control del tráfico en la frontera con Marruecos”, y dotar a las ciudades de Ceuta y Melilla “de todos los medios necesarios para solucionar la crisis humanitaria provocada por la llegada de tanta gente y proceder con el regreso de toda persona que haya entrado en Ceuta y Melilla de forma irregular, tal y como se prevé en los convenios firmados desde hace años por España y Marruecos”.

Sánchez visitó Ceuta y Melilla el martes, habiendo prometido restaurar “el orden en la ciudad y sus fronteras”. El martes temprano, Sánchez tuiteó que su prioridad era “restaurar la normalidad en Ceuta”.

M.A.N.