Cómo la basura salvó un bosque tropical de la extinción

Residuos de naranja sirvieron como abono a un bosque casi seco.

Foto: Collage/Daniel Janzen y Winnie Hallwachs

La Reserva de Guanacaste, ubicada en Costa Rica, consta de 35 2000 hectáreas que por mucho tiempo habían estado desiertas. Sin embargo, en la actualidad consta de bosques tropicales y de sabanas, con mucha fauna y flora, gracias a las 12 000 toneladas de residuos de naranja que se desecharon en su territorio a mediados de la década de 1990.

Los “culpables” de esta acción son Daniel Janzen y Winnie Hallwachs, dos conservacionistas estadounidenses, ecologistas de la Universidad de Pensilvania, quienes como parte de un experimento se les ocurrió la idea de proponerle un trato a la compañía de jugos Del Oro, a cambio de donar un área de tierra, se les permitiría desechar su basura en las tierras desgastadas de pastoreo.

La empresa vio en esta propuesta un gran alivio, ya que en esos tiempos deshacerse de todos sus desperdicios ya era de por sí muy complicado, por lo tanto aceptaron. La acción se realizó y conforme fue pasando el tiempo lo que era basura para algunos, se convirtió en un tipo de abono y luego de un largo proceso de descomposición gracias a las larvas de mosca, hongos y diferentes tipos de microbios, recuperando así un terreno que ahora es una selva tropical.

El científico de Princeton Timothy Treuer, encargado de las visitas a esta zona, explica que: “Los desechos orgánicos pueden resolver muchos de estos problemas simultáneamente, al sofocar pastos y malezas y enriquecer y aflojar el suelo, a medida que son descompuestos por las moscas de la fruta nativa y los microorganismos que salen de los bosques locales para disfrutar de este banquete”.

Aunque esta propuesta quería ser denunciada por la compañía rival de Del Oro, TicoFrut, que acusaron a la primera de contaminar ríos y envenenamiento de suelo, no obstante, los resultados fueron favorables para el proyecto y los científicos encargados de este estuvieron satisfechos con los resultados.

X.V.C.