El lunes por la mañana, el que fuera el número dos del partido independentista Junts per Catalunya, Jordi Sánchez, en prisión desde el pasado 15 de octubre, fue propuesto para dirigir la Generalitat de Cataluña por el presidente del Parlament, Roger Torrent, quien consideró sensata su nominación en comparación a otros candidatos.
Por el momento, el actual presidente del Parlament ha evitado convocar a un pleno de investidura, esto al menos hasta que se llegue a una fecha concreta. Por otro lado, Junts per Catalunya ha pedido tiempo al presidente Torrets para poder concertar con los demás grupos independentistas la investidura, la cual tiene como una oposición dentro de estos a la CUP, con quienes se está intentando llegar a un acuerdo.
Es preciso recordar que, es necesario que la CUP pueda participar en la investidura de los contrario, los grupos pro independencia no alcanzarían la mayoría adecuada y ello obligaría a líderes como Puigdemont a renunciar a su condición de diputado a fin de que se pueda investir a Sanchez, aunque aún con eso es difícil que está se dé, debido a la condición judicial de Sánchez.
Sin embargo, la situación se hace más complicada, dado que, tanto el Junts per Catalunya como otros partidos pro independencia no están dispuestos a sacrificar a Puigdemont en el juego político a favor de esta, pidiendo tiempo para poder organizarse y así sumar fuerzas en pos de lograr su objetivo final de consolidar la independencia de Cataluña.
L.I.P.R.
