El último domingo, el Cáucaso ruso fue víctima de un nuevo atentado por parte del Estado Islámico (EI). En esta ocasión el ataque ocurrió en la ciudad de Kizliar, en la República de Daguestán, al sur de Rusia, en donde un miembro de la organización terrorista atacó a feligreses que se encontraban concentradas en una iglesia ortodoxa de la ciudad.
Según información de la policía rusa, el atacante, de nombre Jalil Jalílov, de 22 años, entró en la iglesia armado con un fusil y un cuchillo, y al grito de “¡Allahu Akbar!” (Alá es grande, en idioma árabe) empezó a disparar contra la gente que se encontraba en esta, matando en el proceso a cinco personas e hiriendo a otras cuatro, entre ellos a dos policías.
El sospechoso fue abatido poco después, en un tiroteo con la policía rusa, quien luego de la muerte de Jalílov, pasó a registrar su domicilio, en donde se descubrieron sus vínculos con el Estado Islámico, al encontrarse videos relacionados a la organización terrorista, así como los planes del atentado que cometió a la iglesia de denominación ortodoxa.
En estos momentos, el gobierno de la república de Daguestán y la Federación Rusa han dispuesto que las iglesias cristianas en esa región del Cáucaso sean custodiadas por la policía a fin de evitar nuevos atentados contras estas, en una zona que en los últimos años se ha caracterizado por su inestabilidad en lo que refiere a conflictos de índole religiosa.
L.I.P.R.
