El mejor truco del diablo es hacer creer que no existe

Por Robinson Bernal Abad

Siempre me dejó pensando ésta frase, sin ir a tintes religiosos que ahora no vienen al caso, la estrategia de esconderte en la ignorancia y olvido de la gente, es muy inteligente y funciona, más aún para un líder asesino terrorista como fue Abimael y su Sendero Luminoso.

Resulta que en los últimos tiempos nuestro país ha vivido una era de olvido y amnesia desinteresada e irresponsable por parte de los más jóvenes, veinteañeros que ignoran lo que el país vivió en los 80´s y principios de los 90´s, nunca sufrieron los apagones, no vieron todo el desastre y agonía que ocasionaban los chochebombas, y nunca acudieron a velorios de las víctimas inocentes de la locura extremista de los terroristas.
Ellos nunca vivieron toda esa locura fratricida que nos ahogaba en sangre, de la cual muchos pensaron que ya era imposible salir, estos jóvenes viven pensando que esas historias que cuentan sus padres o hermanos mayores, es una suerte de película o serie sobre la guerra en Irak, algo lejano y fantasioso, sin entender la dimensión real de todo lo que eso le costó al país.
¿Dónde fue que perdimos la perspectiva de nuestro país?, Alguna vez me explicaron sobre el Marxismo Cultural, y como los marxistas habían cambiado la estrategia de la toma del poder por las armas, por tomar el lenguaje, la historia, las artes,el cine y las instituciones, apropiándose de la cultura de un país, controlando lo políticamente correcto, y relegando al ostracismo a los que piensan y opinan diferente a ellos. Esto mismo fue lo que nos pasó en el Perú, pensamos que habíamos vencido, porque capturamos y vencimos militarmente a los terroristas, cuando dejamos actuar a sus anchas a muchos de sus hermanos ideológicos, desde las universidades hasta los colegios, nunca se llegó a enseñar a nuestros niños como fue esta terrible etapa de nuestra historia, nunca supieron quién es el monstruo de Abimael Guzmán y sus secuaces, se les contó una historia romántica y arbitrariamente falsa, de unos luchadores sociales que se enfrentaron a un estado abusivo y asesino por defender a los más pobres del país, nosotros sabemos que eso es una vil y retorcida mentira, pero los más jóvenes no.
La muy comentada Comisión de la Verdad y Reconciliación, no logró decir nunca la verdad, ni tampoco reconciliar a nadie, fue hecha por personas que apoyaron soterradamente a los senderistas, mintiendo con que fue un conflicto armado interno, cuando fue terrorismo en su cara más real, historia que fue vendida como verdad absoluta a todos los jóvenes del país, sin que nadie en su momento les combatiera como se debía a esos mentirosos traidores a la patria. Y con anuencia de los políticos de turno en el poder, que por mezquinos intereses políticos prefirieron sepultar la verdad por no favorecer a sus enemigos, volviendo nuevamente al “Antes los chilenos que Piérola”.
Napoleón dijo alguna vez que “pluma era más poderosa que la espada”, tenía razón, vencimos con las armas a los terroristas, pero estamos perdiendo la batalla política e ideológica, la guerra aún no está perdida, necesitamos que todos los peruanos con memoria denunciemos desde donde estemos estas mentiras, digamos de frente y sin miedos cual fue la verdadera historia, donde un grupo de terroristas liderados por el “Camarada Gonzalo”, casi destruyeron para siempre a nuestro amado Perú, que logramos salir de ese foso de muerte a un costo invaluable de vidas de hermanos peruanos, y que nunca más debemos volver a pasar por eso.
Necesitamos que los partidos políticos dejen de lado sus odios y entiendan que tiene que trabajar juntos en esta pelea, que el gobierno se ponga los pantalones y mediante sus ministerios comience una enorme y bien encaminada campaña de concientización a los niños, de cómo fueron realmente las cosas para que nunca se dejen engañar. Comencé diciendo que el mejor truco del diablo es hacernos creer que no existe, ese diablo se llama Abimael Guzmán, no tengan duda alguna de ello, y no debemos dejar que se esconda en la ignorancia y el olvido de las personas, expongámoslo como lo que realmente es, el mayor asesino de nuestra historia, y que todos y cada uno de los peruanos conozca su rostro y su sangriento legado.