En la mañana del 14 de diciembre del 2012, Adam Lanza, de 20 años, entró a la habitación de su madre, le disparó cuatro tiros a la cabeza, robó sus armas y su auto y se dirigió a la escuela Sandy Hook, en Newtown (Connecticut).
Adam Lanza, de 20 años, asesino a su madre en el 2012, le disparó cuatro tiros en la cabeza, robó sus armas y su auto y se dirigió a la escuela Sandy Hook, en Newtown (Connecticut).
Al llegar, sacó una de las armas y lanzó los primeros disparos contra un cristal cercano a la puerta del colegio, era un rifle Bushmaster capaz de disparar 45 balas por minuto. Entró y comenzó la masacre. Murieron 20 niños, todos de entre 6 y 7 años, y seis adultos, luego del crimen colectivo el joven se asesinó de un disparo en la cabeza.
Fue el peor tiroteo en una escuela primaria o secundaria de Estados Unidos y el cuarto más mortífero, hasta ahora, perpetrado por una sola persona en la historia reciente de ese país.
Ha sido el peor tiroteo perpetuado por una sola persona en estado unidos y el cuarto más mortífero dentro de la historia. Cinco años después, el suceso en el pueblo de Newtown deja todavía más dudas que certezas, aunque recientes revelaciones del FBI mostraron claves desconcertantes sobre lo que sucedió aquel día.
Los documentos presentados por el FBI, consta de más de 1500 páginas, mostraron que el joven asesino había tenido en mente el ataque, que se debio haber prestado atención a las señales que estuvo mostrando con sus acciones, para poder evitar la tragedia.
