Recuento: Los descuidos de un país a diez años de ocurrido el terremoto en Pisco

 

“Pisco será una ciudad modelo, con nuevo sistema de agua potable y alcantarillado, con fibra óptica, con conexiones de gas natural que incluirá a los domicilios, con una nueva autopista que llegará a Ica, un aeropuerto moderno y un puerto con la mejor tecnología”, fueron estas las palabras del entonces presidente del Consejo de Ministros, Jorge del Castillo, allá por los años 2007, luego de haber pasado cerca de tres semanas de ocurrido el terremoto en nuestro país, de aquel fatídico episodio que dejó un saldo de 600 personas fallecidas, aproximadamente, 434 614 damnificados y más de 1 292 heridos en seis regiones del Perú.

“No los hemos dejado solos, no los vamos a dejar solos”, agregó, respaldando el trabajo de reconstrucción que emprendió el gobierno del ahora expresidente Alan García. Sin embargo, y habiendo pasado diez años de ocurrido el desastre, el trabajo no ha terminado. Escenarios como la Plaza de Armas, la Facultad de Pesquería de la Universidad Nacional San Luis Gonzaga, o el Instituto Superior de Educación Pública Carlos Medrano Vásquez, los tres de Pisco (epicentro del terremoto) son algunos ejemplos a mencionar. En el primero, todavía se aprecian los golpes de la naturaleza, pese a considerarse como patrimonio cultural. En el segundo, todavía se necesita de reparaciones, causando malestar entre sus estudiantes. El último necesita demolerse para construir una nueva institución.

 

Por aquellos años, se creó el Fondo para la Reconstrucción Integral de las Zonas Afectadas por los Sismos del 15 de agosto de 2007, el cuál contó con una inversión de 1 167 millones de soles destinados a 910 proyectos en Ica, Huancavelica y Lima. Esto último, según los datos arrojados por el Ministerio de Vivienda. No obstante, y como ya se veía venir, en el proceso se vio mermando por los golpes de la corrupción y la ineficiencia ante la situación, encontrándose irregularidades en la entrega del dinero destinado para los damnificados, descubriéndose poco después que, en la lista de personas, también se incluyó a gente que no vivía en las zonas afectadas, familiares y hasta fallecidos.

Y es que, frente a todo lo antes mencionado, es difícil no comparar nuestra situación frente a sucesos mucho más actuales ocurridos en otros países. En Chile por ejemplo, el país sureño fue víctima de un terremoto en el 2010 que dejó un saldo de 512 fallecidos y 800 000 damnificados. No obstante, supo llevar a cabo su plan de reconstrucción por diferentes etapas lo que conllevó que, en el 2013, ya lograra el 90% de su reconstrucción.

La gestión actual, con Pedro Pablo Kuczynski a la cabeza, tendría que empezar a movilizarse desde ahora para que las obras no tarden en iniciar, esto no solo en beneficio de su ya mermada imagen, sino por los cientos de perjudicados, por todas esas familias que han sentido por años el rechazo de su país, pero que, incluso ahora, siguen albergando la esperanza de que su situación mejorará tarde o temprano.

I.P.B