¡Ni una menos! Son los comentarios de los cibernautas al saberse la identificación de la joven mujer que fue hallada en una maleta en el kilómetro 65 de la Panamericana Norte, en la variante de Pasamayo, en Huaral, a inicios de año. En un primer momento tenían a tres mujeres en la lista de desaparecidas que coincidían con la edad aproximada de 26 años, edad que se determinó en el examen del odontograma al cadáver.
Vilma Cruz Pinedo (26) aspiraba con ser cantante folclórica inclusive ya era conocida en ese ambiente artístico como la Princesita del Marañon, pero trabajaba como empleada doméstica en una casa en San Juan de Lurigancho hace más de nueve años, además tenía una buena relación con la dueña de la casa, Victoria García, y es la misma señora que denunció su desaparición el 12 de octubre del año pasado a la División de Investigación de Búsqueda de Personas Desaparecidas, cuando Vilma fue a un estudio fotográfico en Magdalena del Mar y no regresó más.
Según Julissa Príncipe Jara, fotógrafa que le hizo la sesión de fotos a la joven cantante, manifestó en su testimonio policial que Vilma se encontraba en compañía de Franklin Cotrina Tirado (28), su pareja. Al enterarse de la declaración brindada por Julissa, el no habido Franklin llamó en tres oportunidades a la fotógrafa increpándole por su manifestación, ya que al informar que la última persona que vio con vida fue él, la policía lo tendría en la mira por ser el principal sospechoso.
Franklin Cotrina en una breve entrevista con un medio local expresó que la fémina Vilma en el trayecto de regreso a su vivienda, su celular sonaba constantemente, entonces le preguntó sobre los mensajes o llamadas que estaba recibiendo, lo que Vilma le respondería que él no debería saber con quién habla, finalmente según el sospechoso, decidieron separarse en la primera cuadra de la avenida Brasil, donde ya no supo nada de la víctima. Esta pareja se habría conocido por la red social de Facebook en el mes de agosto.
El avanzado estado de descomposición de la joven dificultó el trabajo de los peritos, sin embargo los experimentados forenses también confirmaron que la difunta no habría sido quemada pero el motivo de su muerte fue un golpe en la cabeza con un objeto contundente lo que provocó que se rompieran los huesos del cráneo, asimismo realizaron el examen de odontograma, además reconstruyeron las huellas dactilares y estas fueron comparadas con las impresiones dactilares de la RENIEC, con lo cual se supo de inmediato de quien se trataba; finalmente detectaron en el cadáver una fractura de clavícula. Vilma en su adolescencia había sufrido de dicha fractura.
G.S.O.
