Niños y niñas con sobrepeso, debido a una mala alimentación o por la falta de actividad física, tienen mayor riesgo de desarrollar una pubertad temprana o precoz, advirtió el Instituto Nacional de Salud del Niño (INSN).
El doctor Carlos Del Águila Villar, jefe del servicio de Endocrinología de este centro pediátrico, señaló que la etapa normal de inicio de pubertad de una niña es entre los 8 y 13 años, mientras que en un niño va desde los 9 a 14 años.
La pubertad precoz, advirtió, ocurre cuando el cuerpo de una niña o un niño se empieza a transformar muy pronto en el de un adulto (pubertad), por lo que aparecen caracteres sexuales secundarios antes de los 8 y 9 años, respectivamente.
“El primer signo que evidencia el desarrollo puberal en una niña es la aparición del botón mamario, vello púbico o primera regla. En el caso de un niño, la principal señal es el aumento del volumen testicular, después viene el crecimiento del pene y otras características como el vello”, comentó.
Según el especialista, uno de los factores que está facilitando el adelanto de la pubertad es el exceso de peso en infantes, situación que se agravó durante la pandemia por el covid-19, debido a que su estilo de vida en torno a la alimentación saludable se vio afectada.
Otra de las causas de pubertad precoz se asocia a los disruptores endocrinos, sustancias que están en el ambiente o en algunos medios como el plástico cuando se hierven los alimentos en recipientes de este material.
Del Águila precisó que este desarrollo puberal temprano es motivo de una gran preocupación para los padres por la salud de sus hijos, incrementando en los últimos años hasta el doble de consultas en endocrinología pediátrica para descartar la pubertad precoz.
Una de las mayores consecuencias de la pubertad temprana es la disminución de la expectativa de talla, esto quiere decir que el niño puede crecer rápido al principio y ser alto en comparación con sus pares; sin embargo, como sus huesos maduran más rápido que lo normal, también detienen el crecimiento antes de lo usual.
Las otras consecuencias, aunque no están consensuadas entre todos los médicos, es un mayor riesgo de morbilidad cardiovascular, incluso algunos estudios señalan que algunas niñas pueden tener más probabilidades de padecer cáncer de mama.
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