Todavía hay tiempo para disuadir a Beijing de no usar la fuerza para reunificar Taiwán con China continental, según el funcionario militar de más alto rango de Estados Unidos.
El jefe del Estado Mayor Conjunto, el general Mark Milley, dijo el viernes que a pesar de los planes bien publicitados que piden que el ejército chino esté listo para invadir Taiwán para 2027, no hay indicios de que el presidente chino, Xi Jinping, haya tomado una decisión de una manera u otra.
En declaraciones a una audiencia en el Club Nacional de Prensa en Washington, Milley dijo que eso le da tiempo a Estados Unidos y otros países para mostrarle a Xi que el uso de la fuerza sería una mala idea.
“Quieres asegurarte de que todos los días, el presidente Xi se despierte y diga: ‘Hoy no es ese día’, y que esa decisión nunca llegue”, dijo.
Los comentarios de Milley están en línea con el análisis de altos funcionarios de inteligencia de Estados Unidos, que han argumentado durante gran parte del año pasado que Xi preferiría una reunificación pacífica con Taiwán.
Sin embargo, algunos funcionarios y analistas han expresado su preocupación de que la invasión rusa de Ucrania llevaría a Beijing a arriesgarse a una guerra por Taiwán, y otros advierten que China probablemente esté aprendiendo lecciones de los fracasos de Rusia.
Milley dijo el viernes que mientras Estados Unidos y sus aliados puedan mantener su ventaja militar cada vez menor sobre China, y actualizar y modernizar cuando sea necesario, se puede persuadir a Beijing para que mantenga sus fuerzas en su lado del Estrecho de Taiwán.
“Cuanto más rápido nos alejemos, más rápido podremos retener la superioridad militar, entonces creo que la teoría del caso es que es más probable que disuada la guerra, y si la guerra ocurre, prevaleceremos”, dijo Milley.
También rechazó las críticas al enfoque actual de Estados Unidos hacia China y Taiwán, diciendo que Estados Unidos y sus aliados tienen la capacidad de apoyar a Ucrania y Taiwán, a pesar de que algunas de las necesidades se superponen cuando se trata de sistemas de armas y municiones.
“No es … Un juego de suma cero. No es así”, dijo Milley, y agregó: “Hay otros aliados y socios [para ayudar a Taiwán]. No es solo Estados Unidos”.
Las tensiones entre los militares estadounidenses y chinos han aumentado constantemente, desde febrero, cuando el Pentágono acusó a China de volar un globo espía de gran altitud sobre Estados Unidos.
Los funcionarios chinos han insistido en que el dispositivo era un globo meteorológico, rechazando la evidencia de Washington de que el equipo a bordo del globo estaba destinado a la vigilancia.
Para complicar las cosas, los líderes militares chinos se han negado a hablar con sus homólogos estadounidenses.
A principios de esta semana, funcionarios de la embajada china en Washington pidieron a Estados Unidos que retire las sanciones contra China como requisito previo para las conversaciones.
Funcionarios del Pentágono rechazaron el jueves la demanda.
Funcionarios estadounidenses han dicho que continuarán dejando abierta la posibilidad de conversaciones entre militares, diciendo que dicha comunicación es fundamental para evitar malentendidos que podrían conducir a un conflicto, algo a lo que Milley aludió el viernes.
“La historia geoestratégica de este siglo probablemente estará determinada por la relación entre Estados Unidos y China”, dijo, “y si permanece en competencia o se inclina hacia una gran guerra de potencia”.
