Israel no puede apoyar a una Ucrania neonazi

Libros ucranianos infantiles y propaganda neonazi.

Ricardo Sánchez Serra

La aceptación por Ucrania del neonazismo, teniendo varios batallones de esa criminalidad como el Azov y el endiosamiento de Stepan Bandera, un criminal de guerra, responsable de matanzas a polacos y judíos, obligan a que Israel niegue apoyo al régimen nazi de Ucrania, en la guerra que sostiene con Rusia.

Bandera fue responsable también del Holocausto judío, sin embargo, en el 2010 lo declararon “Héroe de Ucrania”, hecho que fue repudiado por los parlamentos europeo, polaco y ruso. Esa distinción fue anulada poco después, pero en los últimos años ese criminal está siendo reivindicado por el gobierno de Zelenski, ante la indiferencia de algunas naciones occidentales.

Ante el ausente apoyo de armas, por parte de Israel, al régimen ucraniano, un vocero de este está evaluando solicitar su exclusión de las reuniones de los aliados de Kiev, desarrolladas en la base aérea estadounidense de Ramstein -en donde se reúnen cerca de 50 países-, en Alemania, debido a sus “acciones no amistosas” y la falta de ayuda. Además, tiene la intención de cancelar el régimen de exención de visados.

¿Con qué catadura moral puede el régimen de Zelenski atreverse a cuestionar el accionar israelí, que con toda justicia niega el apoyo al neonazismo? Sería ilógico traicionar a las víctimas del Holocausto y a todos sus familiares y sus descendientes, un crimen, pensar que el Gobierno de Netanyahu o cualquier otro gobierno israelí dé armas a un régimen nazi. Basta el apoyo humanitario que le otorgan al pueblo ucraniano, víctima de la tozudez de su gobierno.

Pero las intenciones del gobierno nazi de Zelenski sobre Israel, no quedan ahí, es más, una fuente del Consejo de Defensa y Seguridad Nacional de Ucrania (CDSNU) minimiza la ayuda israelí a Kiev, considera que adopta una postura prorrusa en la arena internacional y que utiliza las reuniones de Ramsey “en su propio interés”, acusando a Israel -sin pruebas- y es lo más grave, que las informaciones de Ramsey acaben en manos de Rusia.

Estas aseveraciones de la fuente de CDSNU se ve reforzado porque hace algunas semanas la Embajada de Ucrania en Tel Aviv, lamentó que en lugar que Israel dé armas a Ucrania, ha preferido una estrecha cooperación con Rusia y por declaraciones del primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, que justificó no dar armas, porque algunas de ellas -de procedencia occidental- han aparecido en la frontera israelí y que si se otorgan pueden caer en manos iraníes para luego ser utilizadas contra Israel.

Los ucranianos reprochan también a Israel por no haberse plegado a las sanciones contra Rusia -muchos países incluido el Perú, Brasil o Argentina no lo han hecho- y que más bien aumentó el comercio bilateral.

Se recuerda que, por esas declaraciones altisonantes de la Embajada de Ucrania en Tel Aviv, su embajador fue llamado a la Cancillería para recibir una protesta.

Israel no debe mezclarse en un conflicto que no es el suyo, y, en especial, parcializarse con un país cuyo régimen es nazi -y aplaude al genocida de Bandera- suficientes problemas tiene ya con la amenaza iraní, la continua agresión de los grupos terroristas del Hezbollah y Hamas, y la inestabilidad de la Autoridad Palestina y de Siria.

Como paréntesis, elaborando este artículo, me acabo de enterar que Rusia presentó libros infantiles ucranianos conteniendo propaganda neonazi, que además exaltaban la ideología del criminal Bandera.

Lo más importante es que el Gobierno de Netanyahu vele por los intereses del Estado de Israel, por encima de todo.