Es así que, este jueves el Ministerio Público Electoral (MPE) de Brasil se a manifestado a favor de inhabilitar políticamente por ocho años al expresidente Bolsonaro por considerar que existen indicios de que incurrió en un delito de abuso de poder cuando atacó al sistema electoral y las urnas electrónicas durante una reunión en julio de 2022, impidiendo así concurrir en las próximas presidenciales.
Uno de los partidos que por entonces estaban en la oposición, el Partido Democrático Trabalhista (PDT), denunció ese acto de Bolsonaro junto a los embajadores y ahora el MPE le dio la razón.
En caso de que el MPE decida continuar con la denuncia, el exmandatario brasileño podría quedar inhabilitado para presentarse a cualquier proceso electoral durante los próximos ocho años,este es el último paso antes de que se celebre entre finales de abril y principios de mayo el juicio en el que se votará el futuro político de un Bolsonaro, acusado de mal uso de recursos públicos para influir en el electorado, menciona el periódico ‘O Globo’.
En julio de 2022, Bolsonaro convocó a diversos embajadores de varios países para alertarles sobre el supuesto fraude de las urnas electrónicas del sistema electoral brasileño, dicho encuentro fue retransmitido por canales oficiales y que fueron después rechazadas por los propios diplomáticos.
A través de una presentación de PowerPoint, Bolsonaro intentó desacreditar el sistema de voto electrónico que Brasil implementó en 1996 afirmando que “el sistema es totalmente vulnerable”, incluso dijo que las elecciones de 2018 que lo habían convertido en presidente frente al candidato del PT, Fernando Haddad “no fueron totalmente transparentes”, y deslizó que miembros de la Justicia electoral y la Corte Suprema estaban vinculados con “la izquierda” y el movimiento liderado por Lula da Silva.
Esta acusación es una de la 16 investigaciones que Bolsonaro tiene abiertas en el TSE, entre las diversas acusaciones e investigaciones judiciales que enfrenta se encuentran una supuesta apropiación de forma indebida de joyas regaladas por Arabia Saudí y los Emiratos Árabes Unidos y la presunta instigación a liderar un golpe de Estado el 8 de enero pasado, a pocos días de la asunción del actual presidente, cuando una movilización de miles de sus seguidores invadió en Brasilia el Congreso Nacional, el palacio presidencial y el Tribunal Supremo.
Asimismo, también está en el punto de mira por difundir información confidencial en uno de sus directos semanales en redes sociales acerca de supuestos ataques informáticos al TSE, que finalmente no supusieron problema alguno, pero que él utilizó para sustentar sus teorías acerca de la fragilidad del sistema.
