Embajador ruso aclara a programa “Geomundo” de Canal 7

Extractos de la carta abierta del Embajador de Rusia Igor Romanchenko a la Presidenta Ejecutiva de IRTP

1.Сon perplejidad escuchamos los comentarios de los presentadores del programa GeoMundo sobre temas de la historia de la URSS en las secciones “Ficha país” dedicadas a Ucrania y Letonia. Según ellos, los “ucranianos nunca se han sentido parte de Rusia y luchan por su libertad”, ahora “hay una narrativa que trata de cancelar su cultura y su idioma como si fuera una fabricación”, “Ucrania hasta 1994 fue una potencia nuclear” y si “Ucrania hubiera mantenido su capacidad nuclear no hubiera habido una invasión rusa”.

Tales “evaluaciones” ligeras, apropiadas sólo en discusiones de la gente común, distorsionan radicalmente la realidad. Es ampliamente conocido que los destinos de los pueblos de Rusia y Ucrania siempre fueron estrechamente entrelazados. En el período entre los siglos X y XIX, el estado de Ucrania y ni siquiera ese nombre no existía en el mapa político del mundo. En una parte del territorio de la actual Ucrania en el siglo X estaba la Rus de Kiev, en el siglo XIII, la Horda de Oro, en los siglos XIV-XV, el estado lituano, la Horda de Oro y Rusia. En el siglo XVI, como parte de Lituania, Ucrania fue incluida en la Mancomunidad polaco-lituana: su campesinado se convirtió en esclavo de la nobleza polaca y también fue sometido a una “catolización” forzada. En 1654, la parte oriental de Ucrania actual, Sech de Zaporozhye, cuyo núcleo eran los cosacos, se dirigió al zar Alexei Romanov con una solicitud para unirla a Rusia para protegerla de la “opresión polaca”. La reunificación tuvo lugar en 1654, seguida de una guerra de 14 años con Polonia, como resultado de la cual se aseguró la entrada de estas tierras en Rusia. Y sólo en 1918, gracias al gobierno bolchevique, el estado de Ucrania apareció en el mapa político, pero no tenía unidad cultural y lingüística. Los bolcheviques incluyeron allí, además de las regiones tradicionales de la Malorrusia, tres provincias más de Novorossiysk: Tauride, Ekaterinoslav y Kherson, que fueron conquistadas con sangre rusa en el siglo XVIII a los tártaros, así como el Donbas industrial de habla rusa, que formaba parte de la Región del Ejército del Don, que lucho del lado de los “blancos” en la Guerra Civil. Durante el siglo XX, Ucrania recibía poco a poco tierras con las que Kiev difícilmente habría soñado si no fuera por el gobierno central soviético.

Ahora el conflicto en Ucrania lo ha iniciado Occidente para romper los vínculos centenarios entre nuestros pueblos en el marco de la política de “divide y vencerás”, así como para obtener los recursos naturales y las tierras fértiles de este país. Ucrania es también un instrumento y un trampolín a partir del cual se están tomando medidas para debilitar a Rusia a lo máximo.

La decepción de los presentadores por el hecho de que Ucrania renunciara a las armas nucleares en 1994 suena más que extraño. Hay que tomar en cuenta que la potencia nuclear no era Ucrania, sino la URSS, de la que Rusia es sucesora legal. La URSS desplegó misiles en territorio ucraniano, lo que no convierte a Ucrania en su propietario,  ya que ni siquiera tenía la capacidad de controlarlos. La parte ucraniana abiertamente no quería renunciar a las armas nucleares, con la esperanza de utilizarlas para contener a Rusia. Su desarme se produjo gracias a la mediación de Estados Unidos, que tenia dudas de la capacidad de los ucranianos para gestionar los arsenales nucleares y también temía que, en condiciones de corrupción total, los ucranianos comenzaran a venderlos. Además, los misiles dejados por Moscú tenían un largo alcance, de 5 a 10 mil km, ya que originalmente estaban destinados a disuadir a los Estados Unidos y no eran adecuados para contener a Rusia. Por abandonar las armas atómicas, Ucrania recibió generosas preferencias económicas, así como garantías de seguridad consagradas en el Memorando de Budapest.

Al hablar de la cultura de la cancelación, es probable que los anfitriones hayan confundido la cultura ucraniana y rusa. En este sentido, recordemos que tras el golpe de 2014, el Estado ucraniano se fundó sobre la narrativa nazi de negación de todo lo ruso: la identidad, la cultura y las tradiciones de la población de vastos territorios del sur y el este del país. Sus derechos fueron violados sistemáticamente, incluso mediante el uso de la fuerza. Al mismo tiempo, junto con Occidente, el régimen de Kiev centró sus esfuerzos en la abolición de la cultura rusa en todo el mundo, violando todos los valores democráticos y los derechos humanos.

2. En el episodio dedicado a Letonia, los presentadores afirmaron que este país “ha retirado todos monumentos soviéticos porque ha tenido relaciones muy difíciles con el Imperio Ruso y la URSS, ha vivido una época terrible en la URSS de opresión, hambrunas y traslado de población”.

No podemos considerar estas palabras más que como un insulto directo al gran país, cuyo sucesor legal es Rusia, que salvó al mundo de la Alemania nazi a costa de 27 millones de vidas de sus ciudadanos. Es una lástima que los presentadores no conozcan – o engañen deliberadamente al espectador peruano – que los monumentos desmantelados por el gobierno letón en un esfuerzo por borrar y reescribir los resultados de la Segunda Guerra Mundial fueron construidos en honor a los soldados soviéticos que derramaron sangre y dieron sus vidas por liberar de los horrores del nazismo tanto el territorio de Letonia como en el mundo entero. Al parecer, los presentadores se olvidaron deliberadamente de la existencia de la Legión SS de Letonia, entre otros datos de la colaboración de este país con el Reich. Por este motivo, durante la guerra, las autoridades soviéticas decidieron trasladar a los colaboradores nazis lejos de la frontera.

Espero que los expertos simplemente no tengan la oportunidad de familiarizarse con fuentes confiables para aclarar a la audiencia que en el período de posguerra, en detrimento del desarrollo de la economía nacional de la Republica Socialista Soviética de Rusia, se invirtieron fondos importantes en la restauración de los países bálticos, así como su desarrollo industrial. Para ello, se enviaron allí importantes fondos presupuestarios y los mejores recursos humanos. Las inversiones realizadas en desarrollo industrial aseguraron el aumento anual promedio de la producción industrial en Letonia en 1945-50 al 45% anualmente. De 1945 a 1965 su potencial económico aumentó 17,4 veces. Este país produjo una amplia gama de productos industriales: desde radios hasta trenes eléctricos. Ahora las fábricas soviéticas han sido destruidas, ya que la UE no está interesada en la capacidad productiva de Letonia en su sistema de división del trabajo. Hoy Letonia exporta principalmente materias primas: madera y carbón, así como lo señalaron los conductores de programa, aunque no explicaron las razones de la situación actual.

Aprovechando esta oportunidad, nos gustaría señalar una vez más nuestra disposición a ayudar proporcionando materiales y explicaciones sobre temas de su interés con el fin de hacer una modesta contribución a los esfuerzos conjuntos para fortalecer la objetividad del campo de la información local.

No creo que el público peruano, que espera contar con la credibilidad del programa “Geomundo” y con evaluaciones objetivas y verdaderamente analíticas de los acontecimientos en el mundo, merezca intentos tan dudosos de “expertos” -espero que no intencionalmente- de distorsionar hechos históricos en el contexto de una diligente limpieza del espacio informativo de cualquier contenido que favorezca a nuestro país.