Este lunes, la Universidad de Cornell – EE.UU. informó que un grupo internacional de astrónomos reportó por primera vez la evidencia de nanocristales de cuarzo en las nubes de gran altitud del exoplaneta WASP-17 b, situado en la constelación de Escorpio, a 1.300 años luz de distancia de la Tierra.
La detección de este mineral se logró luego de analizar los espectros obtenidos del Instrumento Infrarrojo Medio (MIRI), instalado en el telescopio espacial James Webb.
Al principio, el WASP-17 b parecía estar formado de hidrógeno y helio, con pequeñas cantidades de otros gases como vapor de agua y dióxido de carbono. Sin embargo, cuando los especialistas observaron detalladamente el brillo de las longitudes de onda de la luz de la estrella, vieron en los datos del MIRI un bulto de 8,6 micrones que indicaba la presencia de los copos de nieve sílice, los cuales tienen la misma forma de prismas hexagonales puntiagudos que el cuarzo en la Tierra, miden tan solo 10 nanómetros, un tamaño 10.000 veces menor que el ancho de un cabello humano.
Luego del hallazgo, los científicos explicaron que estos nanocristales de cuarzo se originan en la atmósfera del exoplaneta WASP-17 b, debido a su extrema temperatura, que alcanza los 1.500 grados centígrados, así como por su baja presión, que es una milésima parte de la que se experimenta en la Tierra, lo que provoca que los cristales sólidos se formen directamente a partir del gas, sin pasar primero por una fase líquida.
Cabe destacar que, este planeta extrasolar fue descubierto en 2009 mientras orbitaba cerca de su estrella anfitriona, una supergigante amarilla identificada como WASP-17, mediante el método de tránsito.
Además, se tiene documentado que el WASP-17 b tiene un volumen aproximadamente siete veces superior al de Júpiter, aunque posee casi la mitad de la masa del gigante gaseoso, por lo que es considerado como uno de los exoplanetas más grandes conocidos hasta el momento.
