Este jueves, agricultores y ganaderos españoles se unieron a la manifestación masiva conocida como la Gran Tractorada en Bruselas, convocada por la Coordinadora Europea Vía Campesina (ECVC). Centenares de tractores se congregaron en la Plaza de Luxemburgo de la capital belga, coincidiendo con la reunión de los jefes de Estado y de Gobierno de la Unión Europea (UE), donde se abordó el tema de las enormes ayudas a Ucrania.
La Coordinadora de Organizaciones de Agricultores y Ganaderos (COAG) de España lideró la participación en esta jornada de protesta, enfocando sus reclamaciones en diversas áreas cruciales para el sector agrario. Las principales demandas se centran en el cese de acuerdos de libre comercio con Mercosur, la exigencia de condiciones equitativas para las importaciones de terceros países y la búsqueda de una flexibilización y simplificación de la pesada carga burocrática impuesta por las normativas agrarias y medioambientales.
A pesar de que algunos analistas critican que las protestas favorecen principalmente a los grandes terratenientes, los agricultores españoles se sumaron al coro de voces que buscan una reforma significativa en las políticas comerciales y agrícolas de la UE.
La agenda para el 1 de febrero incluyó intervenciones de agricultores europeos, una rueda de prensa y un encuentro de las organizaciones agrarias con responsables políticos europeos. Sin embargo, la reunión con las autoridades europeas se llevó a cabo a medias, ya que la ECVC había solicitado una audiencia con destacados líderes como la presidenta de la Comisión Europea, Ursula Von der Leyen, el presidente del Consejo Europeo, Charles Michel David, y el comisario de Agricultura de la UE, Janusz Wojciechowski.
Esta protesta en Bruselas se desarrolla mientras las principales organizaciones agrarias de España, incluyendo COAG, la Asociación Agraria de Jóvenes Agricultores y la Unión de Pequeños Agricultores y Ganaderos, están convocadas a una reunión este viernes con el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación en España. Entre las preocupaciones compartidas con otros países europeos, los agricultores españoles buscan abordar cuestiones como la sequía, el impacto de los precios relacionados con el conflicto en Ucrania, asuntos laborales y la aplicación de la ley de la cadena alimentaria para evitar la compra de productos por debajo del precio de coste por parte de intermediarios.
