Al menos tres cohetes cayeron cerca del palacio presidencial el martes poco antes de que el presidente afgano, Ashraf Ghani, pronunciara un discurso para conmemorar la principal festividad musulmana de Eid al-Adha.

El grupo Estado Islámico se atribuyó la responsabilidad del ataque en su canal de noticias Amaq. Sin embargo, el presidente afgano atacó a los talibanes después de que cohetes apuntaran al palacio de Kabul. Nadie en palacio presidencial resultó herido por los cohetes. Después de los ataques, Ghani criticó a los talibanes en un discurso que marcó el inicio del principal festival musulmán.

“Este Eid lleva el nombre de las fuerzas afganas para honrar sus sacrificios y valentía, especialmente en los últimos tres meses”, indicó el presidente.

“Los talibanes no tienen intención ni voluntad de paz. Hemos demostrado que tenemos la intención, la voluntad y nos hemos sacrificado por la paz”, añadió.

En su discurso, Ghani también atacó al vecino Pakistán, al que Kabul culpa por albergar a los líderes talibanes y brindar un refugio seguro y asistencia a los insurgentes. En los combates más recientes en la ciudad fronteriza de Spin Boldak, se vio a combatientes talibanes recibiendo tratamiento en un hospital paquistaní al otro lado de la frontera en Chaman.

Pakistán es visto como clave para la paz en Afganistán. El liderazgo de los talibanes tiene su sede en Pakistán e Islamabad ha utilizado su influencia, que califica ahora está menguando, para presionar a los talibanes para que hablen de paz.

“Pakistán no quiere un régimen talibán en su tierra natal”, pero sus medios de comunicación han estado “haciendo campaña por un régimen talibán en Afganistán”, expresó Ghani.

La policía se desplegó rápidamente por el área. Un automóvil estacionado en una calle cercana quedó completamente destruido, la policía dijo que se utilizó como plataforma de lanzamiento de los cohetes.

Los bombardeos se producen cuando los Estados Unidos y la OTAN completan su retirada final en Afganistán. A muchos afganos les preocupa que su país devastado por la guerra caiga más en el caos y la violencia, a medida que las fuerzas extranjeras se retiran y los talibanes ganan más territorio en el país, habiendo capturado varios distritos y cruces fronterizos clave con los países vecinos durante las últimas semanas.

La retirada está completa en más del 95% y el último soldado estadounidense se habrá ido el 31 de agosto, de acuerdo a lo dicho en un discurso a principios de este mes por el presidente Joe Biden.

Después de su retirada, Estados Unidos y la OTAN se han comprometido a gastar 4.000 millones de dólares anuales en las fuerzas afganas hasta 2024, la mayor parte de ese dinero procede de Washington.

M.A.N