Permítanme explicarme

Tal vez no todos, pero la gran mayoría de peruanos sufrió el desastre de los 80s, terrorismo, hiperinflación, escasez, el Perú declarado país inelegible, etc., etc., etc. Y el gran villano de esa historia es Alan Damian García Perez, que lo es, claro que sí, pero no es el único.

No intento defender a García, que santo de mi devoción no es, intento hacerles entender que, él cosechó un desastre que se gestó a fines de los 60s (pero también lo agravó y mucho), para ser más específicos, el 3 de octubre de 1968, cuando el Gral. Juan Velazco Alvarado dio el golpe de estado al entonces Presidente Fernando Belaunde Terry.

¿A qué me refiero con todo esto?, y ¿Por qué viene al caso en estos tiempos?, pues, así como hoy pasa con Vizcarra, en esos días, todo el mundo aplaudió el discurso y las políticas populistas de Velasco, todos los que hoy se llaman demócratas, en ese entonces, aplaudieron de pie y vitoreando al dictador, gritaron de júbilo cuando él pronunció su famosa frase de, “Campesino, el patrón no comerá más de tu pobreza”, la cual siendo sinceros suena demasiado bien, pero en la realidad nunca fue tan cierta.

A partir de ello comenzó toda una cacería de brujas, se expropio todo y a ya todos, y obviamente, mientras en los medios se reventaban cohetes a tan enardecido discurso del General, en las sombras el grupo de poder y sus amigos se repartían el país, mientras el pueblo creía que por fin había conquistado lo que era de ellos…
Pero, el problema no sólo paró ahí, para poder seguir produciendo, necesitas alguien quien gerencie y se preocupe por mantener la maquinaria productiva en buen estado. Eso no pasó, todos se preocuparon por comerse su botín ganado, tan rápido y a manos llenas cómo se pudiera, sin darse cuenta que, si te comes a la vaca, luego no habrá más leche, ni tampoco más vacas…

Y la desgracia no paró ahí, nuestro querido y brillante General Velasco, se le ocurrió que debíamos hacerle la guerra a Chile, por unos territorios perdidos en una guerra que había ocurrido hace casi 100 años atrás, y endeudó hasta el cuello al país, comprando armamento para una guerra que nunca ocurrió, hoy en día, o esas armas ya no sirven, o lo paseamos en cada fiesta patria…

Cómo las expropiaciones fueron a diestra y siniestra, casi todos los capitales huyeron, y más aún los extranjeros, ¿quién en su sano juicio invertiría en un país donde no se respeta la propiedad privada?, así que, la inversión se fue al diablo, y más la política proteccionista y cerrada anti libre mercado, nos hundió hasta el fondo, ¿recuerdan a Zavalita preguntándose en qué momento se jodió el Perú?

Luego la historia ya es conocida, el Gral. Morales Bermudes le dio el golpe de estado al Gral Velasco (karma le dicen), luego volvió la democracia, volvió el depuesto Belaunde Terry a la presidencia, y luego el “muy querido” Alan Damián García Perez. ¿Y los resultados?-Todo el aparato productivo del país se fue al diablo, al no haber inversión, no había trabajo, al no haber trabajo la pobreza se fue a niveles apocalípticos.

Pasamos de ser un país exportador líder en la región y hasta en el mundo, a ser uno con su industria arcaica y destruida, nunca más volvimos a ser una potencia pesquera; de ser uno de los más grandes exportadores de azúcar, teníamos que importarla, y cuando se podía nomas; las grandes haciendas productoras de leche quebraron, pues literalmente se comieron a las vacas, terminamos tomando una horrible leche ENCI, ¿se acuerdan de ella verdad?…

La deuda para comprar armamento que hizo el Gral. Velasco, nunca la pagamos, y los intereses comenzaron a comernos vivos, y Alan García haciéndose el valiente, les dijo que no pagaría y que se vayan a diablo… No literalmente, pero en términos simples, fue eso lo que les terminó diciendo.

La inflación venía ya muy fuerte desde fines de los 70s, pues, los muy genios pensaron que el problema de la falta de dinero se resolvía imprimiendo nomas más billetes, eso terminó generando la peor inflación que hayamos vivido en la historia del país, obviamente Alan Damián terminó agravándolo todo, adivinen que, sí, eso mismo, siguió pensando que el problema se resolvía imprimiendo más billetes, ¿quién en su sano juicio pretende apagar un incendio echándole más gasolina?

Por si fuera poco, a comienzos de los 80s, un grupo de asesinos desquiciados, liderados por un tal Presidente Gonzalo, comenzaron a matar a gente inocente en los poblados lejanos de Ayacucho, pero cómo no era en Lima, a la gente poco o nada le importó, parecían decir: “si no me afecta a mí, que me importa”, luego explotaron un cochebomba en la calle Tarata, en el mismo Miraflores, y ahí recién despertamos, la cosa ahora sí importaba.
Ante todas estas desgracias, los que más sufrieron eran los pobres, sí, justamente los que festejaron y vitorearon al “Gran General Velasco Alvarado”, y sí, el mismo que causó todo ese apocalipsis. La escasez de alimentos, las colas interminables para conseguir pan, leche o azúcar; la hiperinflación que se comía día a día todo el valor nuestro trabajo, el terrorismo y la falta de trabajo, todo ello se generó gracias a Velasco.

En esos años donde el Gral. Velasco daba el golpe de estado, decía sus grandilocuentes discursos, y hacía sus brillantes reformas, habían sólo un puñado de peruanos que alzaban su voz en contra de tales locuras, hoy, la historia se repite, el populorum aclama las actitudes dictatoriales de Vizcarra, sus acciones inconstitucionales, su persecución a sus adversarios políticos, y su lucha contra la corrupción, claro sólo a sus adversarios, porque a los amigos, ni tocarlos con el pétalo de una rosa. Y seguimos siendo sólo unos muy pocos los que denunciamos las arbitrariedades y medidas populistas del gobierno.

El problema de las sociedades es que muchas veces nunca aprenden de su propia historia, y siempre terminan repitiendo el mismo error, en el caso de Perú, nuestra tragedia. Como decía la intro de una afamada serie de narcotraficantes: “Quien no conoce su historia está condenado a repetirla”.
Robinson Bernal Abad