Por Manuel Alejandro Navarro

Después de jurar por una nueva constitución, el flamante presidente de Perú, Pedro Castillo, pronunció el tradicional mensaje al Congreso que duró una hora con cinco minutos, llena de sorpresas como que no gobernará desde la Casa de Pizarro y la intención de hacer una nueva constitución.

Seguida de una introducción donde enfatizó las etnias y el indigenismo (algo que ya estaba presente en sus mensajes de campaña), estuvieron presentes las palabras “las castas y diferencias que hasta hoy persisten”.

El primer tema que tocó fue la pandemia, ahí dio al blanco. Castillo expresó que honrarán la memoria de los fallecidos por Covid-19, priorizando la lucha en contra de esta. Asimismo, anuncio que la salud física y mental serán una prioridad, aplaudible, pero necesitamos que se ejecute y no quede grabado solamente.

En su alocución se refirió a la economía, Castillo desmintió que expropiará la propiedad privada y que él solo quiere acabar con los monopolios y el abuso de los consorcios. Así también, anunció que dará un “apoyo financiero de 700 soles a cada familia vulnerable”, es decir más bonos como en la era Vizcarra.

Castillo indicó que impulsará gradualmente una política de ingreso libre a las universidades, de vista esto parece bien, pero en la práctica, se tendría que cambiar muchas cosas en la educación para que funcione, espero que esto no esté acompañado de demasiada burocracia. Además, el nuevo presidente garantizó que “el currículo nacional y los planes curriculares serán promovidos por los propios maestros, la comunidad, los estudiantes, los padres de familia y las autoridades”.

El renombrar el Ministerio de Cultura a Ministerio de las Culturas, no es algo novedoso en el indigenismo, su propio atuendo habla por sí mismo, quizá después de cambiar la constitución quiera establecer un “Estado Plurinacional” como lo hizo Evo Morales. La sorpresa para muchos, vino cuando anunció su interés en convertir el Palacio de Gobierno en un museo, y no gobernar desde ahí, no obstante, no lo fue para mí.

La casa del jefe de Estado es como un símbolo para una nación, la concentración del Poder Ejecutivo está allí, suele estar llena de historia o de identificación nacional. La medida adoptada por el nuevo presidente de la República de Perú, es idéntica a la hecha por Andrés Manuel López Obrador (AMLO), actual presidente de México, también de izquierda.

En 2018, AMLO rechazó vivir en la Residencia Oficial de Los Pinos y lo convirtió en “un espacio abierto para las artes y la cultura”, para pasar a vivir en su casa. José Mujica, expresidente de Uruguay, hizo lo mismo, dejo la residencia oficial para seguir viviendo en su casa, bastante austera de hecho, asimismo propuso la casa presidencial para que vivan personas sin hogar, así que no dudo que Pedro Castillo gobierne desde su casa en Breña o quizá lo haga desde Chota, todo puede pasar en un país políticamente versátil como Perú.

Como dato curioso, Angela Merkel al ser elegida canciller de Alemania renunció a la residencia oficial y vive en su casa en el centro de Berlín, a diferencia de Castillo, ella es de centro derecha. Europa es diferente a Latinoamérica políticamente hablando, eso queda para otra nota.

Castillo también hizo el anuncio de dos proyectos presidenciales, bajo el nombre de “Tren Inca” y “Tren Grau”, el primero irá de Cajamarca hasta Puno y segundo de Tumbes a Tacna, este ultimó ya fue anunciado por varios políticos anteriormente, incluso antes de Rafael López Aliaga; Alan García, Alejandro Toledo y Cesar Acuña, lo ofrecieron en campaña ante las elecciones del 2016; en el 2014 hubo una iniciativa similar, pero el gobierno de Humala lo rechazo por el gigantesco costo; en efecto, estas obras no serían posible debido al multimillonario gasto que tendría, si bien no estarían mal, además de ser populista, este no es un lujo que Perú se puede dar ahora.

Posteriormente, anunció la creación de un nuevo Ministerio este será “El Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación Tecnológica”, aquí encuentro otro duro desafío para Castillo, la creación de un nuevo Ministerio hará un mayor gasto en el estado, sumado a los trenes, el bono, entre otras propuestas de Castillo, serán inconcebible, por la gran cantidad de dinero que Perú no tiene, dado a los gastos que hicieron sus antecesores, Vizcarra y Sagasti por la pandemia, y los que hará Castillo respecto a la lucha contra la Covid-19.

Repetir la palabra Tecnología e Innovación Tecnológica, lo veo redundante. No sé quien escribió o agregó detalles en su discurso, pero hay muchos errores que por más buenos que se vean, serán solo ilusiones de momento.

Sobre la nueva constitución y la asamblea constituyente, es bueno saber que la iniciativa será sometida finalmente a referéndum, para saber si todos los peruanos quieren o no una nueva Carta Magna, pero, ¿Qué errores hay con la anterior? La Constitución del 93, para ejecutarse fue primero sometida a referéndum. Cabe mencionar que el Congreso Constituyente Democrático de 1992 (como así se llamo), estuvo integrado por diez diferentes partidos políticos.

Ante esto diría que la izquierda latinoamericana está intentando y ejecutando desde hace décadas tornar los gobiernos hacia la izquierda, esto gracias al Foro de São Paulo, creada como respuesta tras la disolución de la Unión de Republica Socialista Soviética (URSS), así como seguir el supuesto ejemplo que las revoluciones castristas y chavista que han dejado en Latinoamérica, bajo el legado de Marx, Lenin y Mao, máximas representantes del socialismo.

En efecto, se ha minimizado a los compatriotas de los andes, durante muchos años, y por elección popular los peruanos decidieron que un “campesino” y “profesor rural”, como Pedro Castillo se identifica, sea presidente de Perú. Reflexiones sobre el Perú y su bicentenario, la oportunidad que tiene Castillo para tomar las riendas del país es única y no la debe desaprovechar.

Personalmente me identifico mucho con la derecha y con el conservadurismo, estoy algo decepcionado con la elección de Castillo, pero se debe respetar la democracia peruana y el estado de derecho, yo espero que el sombrerero (como yo lo llamo) no se convierta, ni tenga rasgos autoritarios ni mucho menos intente quedarse en el poder.