La FAO estima que la inflación alimentaria podría llegar hasta un 22% este año

Escobar agregó que se debe reducir la dependencia de insumos importados. Foto: Andina.

La Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) comunicó que los precios de alimentos ha alcanzado un nivel muy elevado, por lo cual la crisis alimentaria está en riesgo.

La FAO considera que la inflación alimentaria podría llegar hasta un 22% en el 2021, y si esto ocurriera, el 40% de la población sufriría una situación de hambre. Ante esta difícil situación, se estima que 50 países podrían atravesar una inseguridad alimentaria por la falta de fertilizantes, combustibles y cereales. Por su parte, el Perú no está considerado dentro de estos países, pero la FAO señala que el país atraviesa una situación complicada.

“Hay que entender que si bien la situación en Perú es difícil y complejo, no es un país que conforme el grupo de países que estará peor en el contexto mundial porque no es un importador neto de alimentos. Tampoco quiere decir que estará súper bien, está en una situación delicada porque ya venía con pobreza (30% de la población), que tiene un correlato con el hambre, desnutrición, anemia crónica y obesidad”, comentó Mariana Escobar, representante de la FAO en el Perú.

Debido a que los fertilizantes son productos importados desde Rusia, los mercados peruanos podrían subir un desabastecimiento parcial.

“El problema en Perú viene por su alta dependencia de insumos, 90% de sus fertilizantes provenían de la Federación Rusa, otros insumos también subieron de manera escandalosa (trigo, maíz y soya) lo que está asociado a las disrupciones del comercio internacional en muchos sentidos, países que cerraron sus importaciones y las sequías”, explicó.

Ante este panorama, Escobar menciona que una nueva entrega de bonos podría ser de ayuda y así poder reactivar y fortalecer los canales de protección social.

“La entrega de bonos alimentarios es también una opción y lo importante es tratar en la medida de lo posible que la entrega sea en dinero más que en alimentos, porque muchas veces la adquisición es sumamente compleja frente a la existencia de canales de bancarización como las cuentas DNI y monederos electrónicos; hay que aprovechar que estos instrumentos están todavía calientes (recién se han utilizado) y pueden mejorarse”, comentó al medio local.