Jóvenes que participan en concurso de ciencias desde pequeños tienen mayor tendencia a ser profesionales científicos

Estudiantes de Tacna y Huanúco ganaron los primeros puestos en la Feria Eureka 2020. Foto: Andina

La Feria Eureka de Concytec, evento científico y tecnológico que reúne a miles de estudiantes al año, donde muestran sus proyectos científicos con el propósito de ganar el ansiado premio. Uno de los objetivos de esta feria es generar la curiosidad de los escolares hacia la ciencia. De igual manera, hay diferentes colegios que generan espacios científicos para que sus estudiantes puedan plasmar u originar conocimientos de esta área.

Los ganadores de la feria Eureka tienen el reconocimiento nacional. Con este puesto pueden competir en la Feria Perú con Ciencia, con esta participación pueden ser parte de las ferias científicas internacionales y ganar un gran premio. Este año la Feria Eureka desarrollará su edición 31, teniendo como protagonistas a los niños, niñas y adolescentes que tienen interés en la ciencia. Jóvenes que serán el futuro de nuestro país.

Concytec menciona que hay muchos casos donde los participantes premiados en las ferias científicas deciden estudiar y trabajar profesiones de ciencia, ingeniería, tecnología y matemática. Una de ellas es Alexandra Cordero Donayre, quien fue ganadora en la Feria Eureka 2014 en la categoría Ciencia y Tecnología. Esta victoria la impulsó a estudiar la carrera de Ingeniería Biomédica. Es de resaltar que Cordero también participó de ferias internacionales.

“Descubrí la tecnología médica, el desarrollo de prótesis y dispositivos biomédicos. Por eso quería estudiar una carrera que se basara en la tecnología, la ciencia y la innovación. Fue una gran experiencia que me ayudó a dar ese siguiente paso”, menciona.

 Carlos Mejía Silva, nacido en Huarochirí, también vivió una situación similar, al ganar el segundo puesto en Eureka 2017 en la categoría de Ciencias Ambientales con el proyecto “Biodegradación de poliestireno con Tenebrio Molitor”. Este gran invento mostraba cómo usar la larva de esta especie de insecto para reducir los restos de Tecnopor. Con esto, el joven logró obtener la Beca 18 para la carrera de Ingeniería Ambiental en la Universidad Científica del Sur.

“Me gustó seguir un método científico y pasos estrictos para llegar a una conclusión exacta, trabajar en laboratorios o en el campo mismo. Es por ello que me decido por estudiar la carrera de ingeniería ambiental”, indica.

Así como estos dos jóvenes, muchos participantes de las diferentes ferias científicas realizadas a nivel nacional o internacional suelen adentrarse en las carreras profesionales. Se inclinan a diferentes ramas científicas o tecnológicas y logran realizar lo que les gusta.