Colombia: dos víctimas de desaparición volvieron con sus familias tras casi 30 años

Aproximadamente siete de cien mil personas desaparecidas en Colombia han sido encontradas con vida.

Más de 50 mil personas han desaparecido en Colombia entre los años 2002 y 2006-2008.

Según datos de la Unidad de Búsqueda de Personas dadas por Desaparecidas (UBPD), alrededor de 99 mil 235 personas han sido dadas por desaparecidas en Colombia, pero siete han sido reportadas con vida. Dentro de esta última cifra, solamente dos personas, víctimas de desaparición, han vuelto con sus familias después de 30 años. Sin embargo, todavía hay aproximadamente 200 mil cuerpos sin identificar desde el 2002, según Medicina Legal.

Padre de familia

La primera víctima de desaparición es un hombre afrodescendiente de 57 años, padre de dos hijas. Su familia se desintegró en 1993 y perdió contacto tras un contexto de violencia por parte de los grupos armados que estaban al mando de la ciudad de Pasto, departamento de Nariño, Colombia. El padre emigró y, por más de 25 años, estuvo en el centro y sur del país, además de ser víctima de los desplazamientos en Caquetá, Tolima, Huila y Putumayo.

En esta línea, fue secuestrado por las organizaciones armadas y sometido a realizar distintos trabajos forzados. A pesar de ello, la madre de sus hijas mantuvo por años la búsqueda, pero luego de recibir amenazas, detuvo el caso. No fue hasta febrero del 2021 donde retomaron la búsqueda por medio de la UBPD, quien encontró a una de las víctimas desaparecidas.

Hermanos

Desde mayo de 2000, Darío, como ha sido llamado por su familia para resguardar su identidad, desapareció cuando una organización armada lo obligó a subir a un camión en el municipio San Antonio, departamento del Tolima. Desde ese momento, en los siguientes años, Darío estaría ausente en su familia, en especial, en la vida de su madre y hermano. En octubre de 2021, su madre se puso en contacto con la UBPD para encontrar a Darío. Después de dos a a seis años, en promedio, la Unidad encontró los primeros indicios de su paradero.

“Para mí es una felicidad muy grande después de 22 años de no saber nada de mi hermano”, señaló su hermano al reencontrarse con Darío. Por su parte, la víctima de desaparición por más de cinco años reconoció que hasta ahora tiene “secuelas, muchas secuelas” y agregó que “hay esperanzas, no solamente para uno, sino para muchos que sé que en el momento quisieran también ver a un familiar, porque sé que están perdidos como yo”.