Cabe señalar que esta alteración psicológica provoca que las personas tengan un peso menor al que consideran saludable para su edad y estatura. Además, es una enfermedad de escala global, pues afecta a más del 20% de los niños y adolescentes.
El estudio consistió en investigar el impacto de la psilocibina en pacientes con “depresión resistente al tratamiento”, una condición clínica grave que no responde a la medicación o la terapia. Tras los resultados exitosos, comenzaron el primer ensayo de fase 3 para la psilocibina.
De igual forma, han lanzado ensayos para el trastorno de estrés postraumático y la anorexia. La doctora Ekaterina Malievskaia, una médica de 56 años y cofundadora de la firma de biotecnología Compass Pathways, explicó que los trastornos alimentarios tienen algunas similitudes con el TOC, pues ambos pueden ser “ego-distónicos”, comportamientos que persisten en contra de la voluntad y las creencias de una persona.
Entienden que este no es el camino correcto. Y no hay nada que puedan hacer. Entonces estas personas se suicidan, no porque quieran morir, sino porque no pueden seguir así”, señaló.
La psilocibina de Compass se utilizó en el ensayo de San Diego y demostró que cuatro de cada 10 pacientes presentaron una disminución de los síntomas del trastorno alimentario después de tres meses.
Sin embargo, la investigación todavía no ha mostrado resultados contundentes, así como tampoco estudios similares del Imperial College London y Johns Hopkins han informado resultados. Aunque, los resultados le dieron a Compass las pruebas suficientes para comenzar una prueba de fase 2 con 60 participantes a fines del 2022.
