A pesar del avance de la tecnología, así como el desarrollo de nuevos métodos que permiten una predicción más certera de los constantes cambios de clima, el huracán Dorían, que actualmente azota la ciudad de Florida en EE. UU., está significando un problema para los científicos e investigadores por la dificultad para monitorear su curso.
Dorian, el huracán de categoría 5 en la escala Saffir-Simpson, ha dificultado la labor de poder pronosticar su futura trayectoria debido a su inusual desplazamiento, afectado por la volubilidad de las condiciones ambientales que varían según el lugar de su recorrido.
El último martes, los estudios de monitoreo señalaban que la entonces tormenta tropical cruzaría en diagonal la isla de Puerto Rico y afectaría la costa noreste de República Dominicana, lo cual llevó a los gobiernos decretar en estado de emergencia esa zona; sin embargo, este huracán pasó por el noreste de las islas.
Ante estos hechos, el mismo Centro Nacional de Huracanes en EE. UU. (CNH), autoridad máxima en el tema, ha reconocido la incertidumbre de los pronósticos. “Debido a la amplia gama de soluciones modelo, el pronóstico de intensidad sigue siendo de baja confianza. Cabe señalar que los ciclones tropicales compactos como Dorian, a menudo son difíciles de predecir”, señalaron.
Para Justin Dunion, metereólogo de la Administración Nationale Oceánica y Atmosférica (NOAA) de EE. UU., dos importantes factores que pueden provocar el debilitamiento o desaparición de una tormenta tropical o huracán son el aire seco y una diferencia en la velocidad del viento, por lo que Dorian seguirá presentando estas anomalías a su paso por el Atlántico Occidental.
K.V.C.
