Crean un producto para solidificar el aceite usado y evitar su potencial contaminante

Si bien hay lugares que reciben botellas con aceite usado para convertirlo en biodiesel, son pocos y, en general, solo se encuentran en grandes centros urbanos.

Representantes de la empresa argentina DROAR SRL, junto al Instituto Nacional de Tecnología Industrial (INTI) en Argentina, han creado un producto que pueda solidificar y transformar el aceite en un desecho que no afecta el medioambiente.

“Conseguimos un producto innovador, que demuestra la importancia del vínculo entre la ciencia y la sociedad: partimos de la inquietud de una empresa, lo desarrollamos con técnicos del INTI y cierra su ciclo con un gran beneficio para todos”, dijo Paulina Lloret, investigadora del Laboratorio de Formulaciones de Productos Industriales del INTI.

El estudio consistió, en primer lugar, en una búsqueda bibliográfica para crear un gel de textura más sólida que la que suelen tener productos de uso cotidiano. “Pensamos era poner una parafina o algún derivado de petróleo que solidifica el aceite. Sin embargo, la premisa era que sea también biodegradable, así que comenzamos a buscar derivados de vegetales”, señaló Lloret.

Asimismo, la investigación contó la participación de varios expertos del INTI. El primer paso estuvo a cargo del departamento de Tecnologías en Nuevas Formulaciones, donde se realizó el estudio de prefactibilidad del proyecto. Posteriormente, se avanzó en el trabajo analítico para caracterizar la formulación del nuevo producto, con la colaboración del departamento de Metrología en Ambiente y Salud del instituto.

Como resultado, obtuvieron un material que, a simple vista, se asemeja a pequeñas escamas blancas. Según explicó Lloret, se arroja al aceite cuando se encuentra a más de 80 o 100 grados. Se disuelve y cuando baja la temperatura, a los 15 minutos aproximadamente, se solidifica, transformándose en un gel que puede ser descartado en la basura sin ocasionar ningún daño al ambiente.

Por otro lado, según datos de un informe realizado por la Facultad de Agronomía de la Universidad de Buenos Aires (FAUBA) y la empresa DH-SH, más de la mitad de los consumidores de frituras no separan los residuos de aceite y el 25 por ciento los hace de manera ocasional, lo que produce entre 60 y 90 millones de litros de desechos contaminantes al año.

En consecuencia, para Lloret, la elaboración de este tipo de productos es indispensable para avanzar hacia un mayor cuidado del ambiente con la participación de todos los actores y remarcó la relevancia de contar, desde el INTI, con un Laboratorio dedicado a las PyMEs y la industria. “Tenemos la posibilidad de darle una respuesta a sus inquietudes, hacer formulaciones, mejorar reactivos o sustituir importaciones. Cumplimos esa función y es importante que las empresas se acerquen y puedan encontrar un feedback”, concluyó.