El Seguro Social de Salud (EsSalud) implementa las estrategias de la Organización Mundial de Salud (OMS) denominada “90-70-90” que sirven para prevenir el cáncer de cuello uterino en las mujeres.
El doctor Juan David Espinoza, cirujano oncólogo del área de Ginecología Oncológica y Patología Mamaria del Hospital Nacional Alberto Sabogal Sologuren, señaló que esta estrategia se define como 90 % de cobertura de vacunación en niñas menores de 15 años, 70 % de pruebas de alto rendimiento en pacientes de 35 a 45 años (test de detección del VPH a nivel cervical) y tratamiento al 90 % de pacientes con un diagnóstico de lesión premaligna o maligna. “Con esas tres estrategias se prevé que a largo plazo se pueda erradicar el cáncer de cuello uterino”, dijo.
El especialista informó que el cáncer de cuello uterino es causa de muerte en mujeres que, por temor no justificado, no acuden a sus chequeos preventivos de Papanicolaou, los cuales deben realizarse anualmente para un diagnóstico y control oportuno de la enfermedad.
Espinoza apunta que un 50 % de las pacientes referidas al hospital Sabogal llegan con la enfermedad avanzada cuando ya no es factible manejarla quirúrgicamente, situación evitable si se hubiera realizado los chequeos preventivos oportunos.
“Hay que perder el miedo a las pruebas de despistaje y considerar que más del 80% de mujeres con una lesión de bajo grado se van a curar rápidamente porque los cambios son leves, y con la descamación del cérvix y el sistema inmunológico fuerte puede desaparecer. En las lesiones de alto grado ese porcentaje disminuye, pero se conversa con la paciente dependiendo de la edad del deseo de tener más hijos o si es que no los ha tenido para individualizar el tratamiento”, explicó.
Prevención
El cirujano oncólogo dijo que el chequeo de detección temprana de lesiones premalignas del cérvix debe iniciarse al empezar la vida sexual hasta los 65 años, debido a que esas lesiones y el cáncer de cuello uterino están relacionadas a una infección directa por virus de papiloma humano que es considerada una enfermedad de transmisión sexual. “Por lo menos un 98 % de lesiones premalignas y malignas se dan por diversas cepas del virus del papiloma humano”, afirmó.
Desde la infección por VPH hasta el desarrollo del cáncer puede transcurrir de 10 a 15 años, es decir hay un alto tiempo para diagnosticarla en una fase temprana. “En promedio se presenta entre los 45 hasta los 55 años con mayor frecuencia, pero también podría darse a una edad más precoz o más tardía”, dijo.
El galeno explicó que al detectar una lesión a nivel del cérvix en una prueba de Papanicolaou, el siguiente paso es realizar una colposcopia (examen de magnificación del cérvix) a fin de identificar áreas alteradas para tomar una biopsia que ayudará a un diagnóstico concluyente para el plan de tratamiento que puede ir desde la observación para las lesiones de bajo grado hasta una cirugía como la histerectomía o extraer el cuello uterino.
“Es importante saber que detectar una lesión premaligna o presencia del virus del papiloma humano no significa que no se pueda vacunar a la paciente. La vacuna contra el VPH no va a curar la lesión premaligna ni la infección, pero puede cubrir contra otras cepas a las que no ha estado expuesta aun la paciente”, anotó.