“Vine por ti periodista. Te va a llevar tu p.. Te voy a matar como un perro”, fueron las palabras que le dijeron a Netzahualcóyotl Cordero García, director general del portal CGNoticias, quien sufrió un atetando frente a su vivienda en Cancún la noche del martes.
El atacante se acercó al periodista en medio de la calle y le apuntó con el arma para asesinarlo. Al tratar de disparar, al atacante se le trabó el arma. Ese inconveniente logró salvarla vida de Cordero García, quien pudo ser otro de los periodistas muertos por la violencia contra la prensa en México y lo peligroso que es tener libertad de expresión.
El periodista tuvo la rápida reacción de abalanzarse a su atacante al ver que se le había trabado el arma y trató de volver a cargarla sin tener éxito. Gracias al auxilio de los vecinos, Cordero pudo salir ileso de ese enfrentamiento. De igual manera, lograron atrapar al delincuente y someterlo hasta que llegue la Guardia Nacional.
“Gracias a mi San Judas, gracias mi virgencita de la Guadalupe la estoy contando”, dijo Cordero García a la AP al relatar el ataque del que logró salir ileso.
El periodista mexicano indicó que desde enero estaba recibiendo amenazas de muerte y siendo vigilado por los atacantes. Por ello, las autoridades lograron incluirlo en el grupo de los periodistas protegidos para evitar cualquier percance o ataque que pueda vulnerar su bienestar.
“Me quieren silenciar por mi trabajo periodístico. Soy muy crítico en mis reportaje, en mis entrevistas”, indicó Cordero García.
La violencia generada hacia los periodistas en México es grande. Hasta ahora, un total de 500 periodistas se encuentran en el mecanismo federal de protección, porque hay personas que quieren evitar que estos profesionales puedan realizar su trabajo e informar a la gente lo que realmente está pasando. Las medidas dadas por las autoridades son el botón de pánico y esquemas de monitoreo a vigilancia en casa o escoltas, pero no es seguro en su totalidad. A pesar de esta ayuda, varios periodistas incluidos en la lista llegaron a ser asesinados.
