Se hacen públicos cuatro textos inéditos del joven Gabriel García Márquez

Se asume que los textos serían los más antiguos del acervo del Premio Nobel de Literatura 1982. La publicación fue hecha por el Banco de Colombia, la biblioteca Luis Ángel Arango y la FNPI.

Transcurría el año 1948 cuando un Gabriel García Márquez de 21 años escapaba del Bogotazo y regresaba a su Caribe natal, lugar en el que empezaría a escribir relatos que pasarían inadvertidos en un principio, pero que ahora son sumamente solicitados. Es así que el Banco de la República, en Bogotá, reveló cuatro textos inéditos del Premio Nobel de Literatura 1982. En total suman 66 escritos del periodista colombiano hechos después de huir de Bogotá, estos contienen cuatro textos originales publicados y cuatro que recién vieron la luz: dos relatos y dos cuentos.

El primero de ellos, denominado Los relatos de un viajero imaginario, forma parte de la colección de García Márquez publicado en Los Heraldos. Este no fue publicado en un primer momento, pero supone “su primer esfuerzo por construir una serie, una narración más extensa”, explica el investigador del Banco de la República, Sergio Sarmiento.

Los otros dos cuentos y un tercer relato que “parece que es parte de una serie más larga o de un cuento” pero del que solo sobrevivió “el fragmento final”, todos ellos redactados a su regreso a Caribe, después del impacto causado por El Bogotazo, motín en el que fue asesinado el caudillo liberal Jorge Eliécer Gaitán. “Mi hermano y yo salimos a la ciudad después de tres días de encierro. Fue una visión terrorífica. La ciudad estaba en escombros, nublada y turbia por la lluvia constante que había moderado los incendios, pero había retrasado la recuperación”, escribió en Vivir para contarla.

Todos estos textos fueron descubiertos por un investigador de las obras de García Márquez, quien tenía deseos de conocer los impulsos creativos del colombiano, y que al morir pasaron a la mano de sus familiares que finalmente donaron los textos al Banco de la República, que cuenta con una red de bibliotecas y museos en el país cafetero. Esta entidad se encargó de restaurar los cuentos y colocarlos en la biblioteca Luis Ángel Arango en Bogotá.

R.E.T.