Se sabía que la Tierra era el único planeta en el que se encontraba rastros de agua; y la Luna se caracterizaba por ser un lugar árido y deshidratado a causa de las temperaturas extremas y la dureza del entorno espacial.
Luego de la confirmación de la existencia de agua en la Luna, los científicos han depositado muchas esperanzas en ese hallazgo. Parte del agua de la superficie lunar se atribuye a los efectos del viento solar. Sin embargo, existe la posibilidad de que la Tierra sirva como “puente” de conexión.
La hipótesis del estudio, dirigido por científicos del Instituto de Ciencias Espaciales de la Universidad de Shandong (China), es que la magnetosfera tiende un “puente de agua” hasta la Luna, la que hace que este satélite recupere su humedad.
Los científicos llegaron a dicha conclusión luego de analizar los datos obtenidos por la herramienta Moon Mineralogy Mapper, instalada en el satélite indio Chandrayaan-1, que permite mapear la distribución de agua en la superficie de la Luna, y también gracias a las mediciones de su campo magnético llevadas a cabo por científicos japoneses.
La preservación del agua es posible solo en el lado oscuro del satélite; si el líquido se encuentra más lejos de la radiación solar, se preservará mejor. Por ese motivo, los investigadores buscaron el agua en las sombras: en los polos y en las paredes internas de los cráteres lunares.
Según Leonardo Basile, jefe del Departamento de Física de la Escuela Politécnica Nacional, este recurso permitirá garantizar las próximas misiones tripuladas. La tecnología avanza, la ciencia también, solo queda estar atentos a lo que depara el mañana.
G.S.S.V
