Nayib Bukele, el carismático político de la ‘mano dura’ que volverá a gobernar El Salvador

El dictador de El Salvador,Nayid Bukele.

Un extenso mural de campaña en una fachada de San Salvador exhibe el rostro de Nayib Bukele, quien fue reelegido el pasado domingo con una abrumadora mayoría. El lema que lo acompaña, “Paso a paso”, parece adecuarse perfectamente a su trayectoria política.

Este político de 42 años, con un estilo declaradamente populista y difícil de clasificar en términos políticos tradicionales, ha persuadido a los salvadoreños de que, a cambio de garantizar la seguridad en las calles mediante su destacada política de mano dura contra la violencia pandillera, estén dispuestos a otorgarle un poder considerable, aunque esto implique ciertos sacrificios en términos de derechos humanos.

Bajo su liderazgo, se ha implementado un régimen de excepción que ya lleva casi dos años, resultando en la detención de más de 70,000 personas acusadas de pertenecer a las maras. Este enfoque ha transformado a El Salvador en uno de los países más seguros de América y ha consolidado a Bukele como el líder más popular de la región latinoamericana, según el Latinobarómetro de 2023. Sin embargo, esta medida extrema ha generado preocupación entre organismos de derechos humanos y familiares de personas afectadas por detenciones arbitrarias y otros abusos estatales.

La victoria de Bukele, que era previsible según las encuestas, lo convierte en el primer presidente en ser reelegido desde la instauración de la democracia en 1992 en el país centroamericano con poco más de seis millones de habitantes.

No obstante, su reelección ha generado controversias, ya que, según varios juristas, su candidatura violó la Constitución, que prohíbe expresamente la reelección inmediata en varios de sus artículos.

¿El fin justifica los medios? Bukele, proveniente de una familia acomodada con ascendencia palestina, ha demostrado su inclinación por el lema “el fin justifica los medios” desde sus primeros pasos en la política. Después de abandonar sus estudios de derecho, lideró la empresa publicitaria fundada por su padre, destacando en el arte de la propaganda política a través de las redes sociales, brindando servicios al gobierno del Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN).

Ingresó a la política con el FMLN, primero como alcalde y luego como alcalde de San Salvador, destacándose por la pacificación del centro de la ciudad. Sin embargo, su relación con el FMLN terminó en 2017, cuando fue expulsado por supuestas divisiones internas en el partido. A pesar de ello, ya tenía ambiciones presidenciales y fundó su propio partido, Nuevas Ideas (NI).

En 2019, con el apoyo de la Gran Alianza por la Unidad Nacional (GANA), ganó la presidencia, poniendo fin al bipartidismo que había dominado la política salvadoreña desde 1992.

Su presidencia ha sido marcada por un enfoque firme contra las pandillas, utilizando tácticas audaces como la militarización de la Asamblea para presionar la aprobación de fondos para su plan de seguridad “Control Territorial”. Además, ha consolidado su poder destituyendo a figuras incómodas y reformando leyes para optar a un nuevo mandato, incluso explorando la adopción del bitcóin como moneda oficial.

A pesar de las críticas y la controversia, el enfoque de Bukele ha generado admiración en otros países latinoamericanos afectados por la violencia y la delincuencia organizada. Su reelección, aunque cuestionada, lo posiciona como un líder influyente en la región, con visiones encontradas sobre su estilo de gobierno.