En un discurso público, el presidente francés, Emmanuel Macron, de visita por primera vez como jefe de estado en la polinesia francesa en Oceanía, declaró que Francia esta en deuda con los polinesios a causa de las practicas nucleares.

En un viaje a Papeete, Polinesia Francesa, el presidente de Francia indicó: “Quiero romper el silencio hoy para que se escuche toda la verdad, para que se comparta y para que todo el mundo sepa exactamente lo que se hizo y lo que se sabía, y lo que se sabe hoy, todo. Asumo la responsabilidad y quiero la verdad y la transparencia”.

Francia llevó a cabo 193 ensayos nucleares, de los cuales 41 se realizaron sobre el suelo, en los atolones de Moruroa y Fangataufa en la Polinesia Francesa entre 1966 y 1996, como parte de su programa de desarrollo de armas nucleares.

Macron agregó que Francia “tiene una deuda con la Polinesia Francesa”, admitiendo que “no podemos decir en absoluto que (las pruebas nucleares) fueran limpias, no”.

La declaración del presidente francés se produce después de una discusión de dos días en París donde el gobierno prometió “compartir información sin tabú” sobre el asunto.

En marzo de este año, un informe pionero reveló nuevas revelaciones del alcance del daño causado a la población local por las pruebas nucleares.

El estudio, llamado Moruroa Files, tardó dos años en completarse y fue una colaboración entre la ONG francesa Disclose, el colectivo británico de investigación sobre justicia ambiental Interprt, la Universidad Noruega de Ciencia y Tecnología y el programa de Ciencia y Seguridad Global de la Universidad de Princeton.

Para reconstruir los eventos de contaminación después de las explosiones nucleares, principalmente sobre Aldébaran en 1966, Encelade en 1971 y Centaure en 1974, los investigadores analizaron datos de alrededor de 2.000 documentos desclasificados, así como fotos y mapas. Entrevistaron a polinesios, personal militar francés, entre personas y organizaciones relevantes.

El estudio concluyó que alrededor del 90% de la población de Polinesia se vio afectada por la lluvia radiactiva.

El editor en jefe de Disclose, Geoffrey Livolsi, calificó la investigación como “el primer intento científico verdaderamente independiente para medir la magnitud del daño y reconocer a los miles de víctimas del experimento nuclear de Francia en el Pacífico”.

Los autores del informe dijeron que el gobierno francés había “ocultado el verdadero impacto de las pruebas nucleares en la salud de los polinesios durante más de 50 años” y que Francia había subestimado enormemente el impacto de sus políticas.

Sébastien Philippe de Princeton explicó que Francia habría elegido la Polinesia como lugar de prueba, después de que ya no podría realizar pruebas similares en Argelia tras la independencia de dicho país.

M.A.N