Las guerras y la ciencia: el rol de los científicos en los mayores conflictos del S. XX

El avance de la ciencia logró desarrollar dos bombas atómicas.

El ataque a Hiroshima y Nagasaki dejó decenas de muertos. Foto: BBC News Mundo.

Desde el inicio de las guerras, las armas han sido piezas fundamentales. En un principio las flechas y arcos fueron los protagonistas de los enfrentamientos de hace siglos. Asimismo, mientras la tecnología va avanzando, más armas se han ido desarrollando, como bombas atómicas y drones militares.

“A menudo resulta decisivo el papel de la ciencia y la tecnología en cuestiones de guerra, ya que proporciona una ventaja asimétrica cada vez que un lado explota este conocimiento y el otro no. Si alistan en la guerra a una bióloga, ella podría considerar convertir las bacterias y virus en arma: uno de los primeros actos de guerra biológica bien podría haber sido catapultar a un animal muerto y putrefacto sobre el muro de un castillo durante un sitio”, indican Neil deGrasse Tyson y Avis Lang en su libro Ciencia y guerra.

Una de las guerras más recordadas e impactantes fue el ataque a las ciudades japonesas Hiroshima y Nakasaki el 6 y 9 de agosto de 1945, donde Estados Unidos lanzó bombas atómicas, desarrolladas por científicos estadounidenses, como Albert Einstein, que ocasionaron la muerte de 200.00 personas en la Segunda Guerra Mundial.

La bomba atómica de uranio lanzada por Estados Unidos hacia Hiroshima contenía 13.00 toneladas de TNT, llamada Little boy. Por otro lado, la bomba de plutonio, Fat man, lanzada hacia Nagasaki fue desarrollado durante años por científicos estadounidenses que eran parte del ‘Proyecto Manhattan’. Estos son sus integrantes: el físico teórico estadounidense Robert Oppenheimer, conocido luego como “padre de la bomba atómica” y director del proyecto; el físico italiano-estadounidense Enrico Fermi; el matemático húngaro-estadounidense John Von Neumann; el físico judío húngaro-estadounidense Leó Szilárd y el físico nuclear húngaro-estadounidense Esward Teller.

“Un físico en la guerra es un experto en la materia, el movimiento y la energía, y tiene una simple tarea: tomar la energía de aquí y ponerla allá. Las expresiones más potentes en este papel han sido las bombas atómicas de la Segunda Guerra Mundial, así como las bombas de fusión de hidrógeno, aún más mortíferas, que surgieron durante la Guerra Fría”, dice el astrofísico y comunicador de la ciencia Neil deGrasse.